/ por Francisco Abad Alegría /
Desmemoria del siglo VI a.C.
Removiendo el cesto de ignorancia que llevo en mi equipaje, me he encontrado con seres humanos señeros en el misterio del por qué el siglo VI a.C., de cabo a rabo, implica a tres pensadores eximios y un impostor público, que siguen marcando la actualidad del siglo XXI. No intento emular la inmensa memoria de don Benito Pérez Galdós, que en la recopilación de tardíos artículos (Memorias de un desmemoriado), impulsados por el empuje de amigos conscientes de la decadencia física y ruina económica del gran personaje, que compartió mesa y lecho con la intencionadamente preterida y excelentísima Emilia Pardo Bazán y escritos con miles de ávidos lectores españoles que hubo, al menos durante algunas décadas; mi desmemoriado desconocimiento no me da para más.
Me refiero al triángulo casi mágico de Lao Tse, Siddhartha Gautama, el Buda, y el maestro Confucio. Y también al astuto oligarca Clístenes, de la polis ateniense, que tras una degollina de congéneres creó un método para evitar que la espada alcanzase también su delicado pescuezo, inventando un sistema de gobierno que dio en llamarse democracia, que en esencia consistía, como ahora, en que las minorías dominantes siguiesen mandando pero con manipuladas correcciones de la plebe, tranquila de seguir obedeciendo mientras votaba convencida de que realmente imponía la falacia denominada después gobierno del pueblo para el pueblo.
Degustando el Tao Te King (citado después como TTK) de Lao Tse, breve compendio de un pensador y místico de la difusa e indeterminable realidad de un Tao incomprensible en su esencia, alejado de un panteísmo que muchos le adjudican haciendo gala de simplicidad, que cabalga un manso buey y deja su pensamiento plasmado en un brevísimo escrito chino organizado en dos partes y 81 escuetos capítulos, sigo admirando su capacidad de susurrar la entidad de lo esencial y sus consecuencias de tercer nivel para la humanidad. Pero aún me admira más, como occidental y práctico en la sistemática del empirismo mental y profesional, de qué modo algo tan sencillamente formulado es capaz de reflejar con escuetas sentencias la cotidianeidad.
Me limitaré a citar algunas partes de TTK, ordenadas temáticamente pero sin glosa alguna, amparado en la capacidad intelectiva de quienes busquen su aplicación a la actualidad española, si quieren.
España 2022 y Tao Te King
(En paréntesis el capítulo del Tao Te King de la fuente temática)
Poder
- Quien promete con facilidad, raras veces mantiene su palabra (TTK63). Las palabras que expresan verdad no son bellas; las palabras halagadoras no son verdad (TTK81).
- Si los gobernantes imponen demasiados impuestos, el pueblo pasa hambre. Si el pueblo es difícil de dirigir, es porque sus gobernantes mandan demasiado (TTK75).
- Cuantas más prohibiciones se imponen, tanto más se empobrece el pueblo […] Cuantas más órdenes y leyes se promulguen, más ladrones y salteadores habrá (TTK57).
- Donde se lleva una espada al cinto, se es sibarita en el comer y beber y se poseen bienes en abundancia, reina la corrupción y no el buen gobierno (TTK53).
Poderosos
- Los dirigentes, príncipes o reyes, se nombran a sí mismos; huérfanos, pequeños e indignos, así establecen lo ínfimo como su raíz ¿o acaso no es así? (TTK39).
- Los hombres rechazan la orfandad, la pequeñez y la indignidad y sin embargo los reyes, monarcas y dirigentes, de ello se jactan (TTK42).
- Conquistar el mundo y quererlo manejar no se puede conseguir (…) Quien lo maneja lo ensucia, quien lo pretende retener acaba perdiendo lo retenido (TTK29).
Dominio por la fuerza
- Donde estuvieron las tropas militares, solo crecen pinchos y abrojos. Tras las guerras, siempre llegan años de hambre (TTK30).
- Quien domina por la fuerza, debería ocupar en los ritos funerarios el lugar de los caídos (TTK).
- Las armas de dominación son utensilios funestos. No sirven a los sabios, que las usan como autodefensa solo si no tienen otra opción (TTK31).
La benevolencia
- El sabio no tiene corazón propio; hace del corazón ajeno el suyo. Para los buenos es bueno, para los que no lo son, también es bueno. Para los fieles es fiel y también leal para los infieles (TTK49).
- Quien emplea la luz para retornar a la claridad, escapa de todo peligro. Esta es la envoltura de lo eterno (TTK52).
- Cuando el Tao reina sobre la tierra, los caballos se dedican a distribuir el abono de los campos. Cuando el Tao no reina sobre la tierra, los caballos se emplean para la guerra (TTK46).

Francisco Abad Alegría (Pamplona, 1950; pero residente en Zaragoza) es especialista en neurología, neurofisiología y psiquiatría. Se doctoró en medicina por la Universidad de Navarra en 1976 y fue jefe de servicio de Neurofisiología del Hospital Clínico de Zaragoza desde 1977 hasta 2015 y profesor asociado de psicología y medicina del sueño en la Facultad de Medicina de Zaragoza desde 1977 a 2013, así como profesor colaborador del Instituto de Teología de Zaragoza entre los años 1996 y 2015. Paralelamente a su especialidad científica, con dos centenares de artículos y una decena de monografías, ha publicado, además de numerosos artículos periodísticos, los siguientes libros sobre gastronomía: Cocinar en Navarra (con R. Ruiz, 1986), Cocinando a lo silvestre (1988), Nuestras verduras (con R. Ruiz, 1990), Microondas y cocina tradicional (1994), Tradiciones en el fogón (1999), Cus-cus, recetas e historias del alcuzcuz magrebí-andalusí (2000), Migas: un clásico popular de remoto origen árabe (2005), Embutidos y curados del Valle del Ebro (2005), Pimientos, guindillas y pimentón: una sinfonía en rojo (2008), Líneas maestras de la gastronomía y culinaria españolas del siglo XX (2009), Nuevas líneas maestras de la gastronomía y culinaria españolas del siglo XX (2011), La cocina cristiana de España de la A a la Z (2014), Cocina tradicional para jóvenes (2017) y En busca de lo auténtico: raíces de nuestra cocina tradicional (2017).
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