El runrún interior

El runrún interior (86)

Pablo Batalla Cueto registra en su dietario pensamientos propios y notas de libros leídos y cosas vistas en Internet, escribiendo sobre lo que Chesterton se llevaría a una isla desierta o una reflexión sobre la libertad de Ernst Cassirer.

/ por Pablo Batalla Cueto /

El runrún interior (85)

Martes, 17/1/2023. Javier Milei, líder libertariano y ultraderechista argentino: «Entre la mafia y el Estado, prefiero a la mafia. La mafia tiene códigos, la mafia cumple, la mafia no miente, la mafia compite». Las cartas sobre la mesa. No se puede decir que sean lobos con piel de cordero: son lobos desnudos, abiertos, orgullosamente aulladores.

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Retiran el visado en Australia y envían de vuelta a España a un joven compatriota que llevaba en su maleta dos envases de jamón, uno de chorizo y otra caña de lomo, así como una cuña de queso. Las leyes australianas con respecto a la importación de alimentos son así de estrictas. Me parece excesivo, pero también que esto tan español de viajar con una charcutería entera en la maleta es una paletada de categoría.


Miércoles, 18/1/2023. Qué sucia parece cualquier cosa blanca al lado del blanco puro de la nieve recién caída.

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Brama Isabel Díaz Ayuso que «Pedro Sánchez quiere terminar con la España de la Transición y llevarnos a una república federal, laica y plurinacional». Cómo serán de fachas que les quita el sueño, no ya que España se convierta en Cuba, sino en la República Federal Alemana. Hijos de Calomarde aterrorizados, no ya por 1917, sino por 1789. La revolución liberal nunca pasó por ellos. La revolución pasiva de Franco nunca se fue.

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Veo compartir en Facebook un recorte de prensa de 1980, referente al primer niño asturiano que se llamó Enol, nombre lacustre, hoy muy común: «Enol, como toos sabemos, ye’l nome d’un llagu asturianu. Pero dende hai pocu tiempu, tamién ye nome de persona. N’efeutu, sigún noticies que nos lleguen, unos padres asturianos punxeron-i esi nome al só fíu: Enol. Pué que seya un precedente».


Jueves, 19/1/2023. Cuenta Miguel Martínez, que lo ha leído en un libro titulado The art of not being governed: an anarchist history of upland Southeast Asia, de James C. Scott, que «el pueblo akha se contaba a a sí mismo que cuando vivían en los valles tenían escritura, pero en su huída de los tai hacia las montañas el hambre les hizo comer los pergaminos de búfalo donde guardaban sus textos y la perdieron. Scott propone que el alfabeto puede ser abandonado, no es un camino de no retorno. Incluso puede ser una decisión estratégica vs residuo bárbaro, estado civilizacional inferior. Una cultura oral tiene ventajas: evasión del Estado, construcción flexible de la propia historia, etcétera». Interesante.

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Hablan en el bar del pueblo del cambio climático. Hablan de él a su manera, no lo llaman así, pero hablan. Dice un parroquiano, setenta y tantos años, campesino y cazador: «Está el tiempo loco, como la gente». El calentamiento global forma parte del sentido común y la sabiduría popular. Lo extravagante es negarlo.

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Mauro Entrialgo: «Sayas y Adanero son una reformulación de la pareja de traidores tránsfugas Tamayo y Sáez mucho más contemporánea. El tránsfuga contemporáneo no se esconde tras su traición. Son más chulos, más caraduras y no tienen ni pizca de vergüenza».


Viernes, 20/1/2023. Me comenta mi experto en asuntos carlistas de confianza que hay rumores de que Sixto Enrique de Borbón-Parma, el pretendiente de los carlistas de derechas (el de los de izquierdas es su sobrino Carlos Javier) se está muriendo. Y que también los hay de que, como legítimo rey de las Españas, lo sucedería el joven Rafael de Orleáns-Braganza, heredero de la Casa Imperial de Brasil. Cada loco con su tema, ya se sabe.


Sábado, 21/1/2023. Leo el siguiente tuit de Caitlin Johnstone: «China y Rusia tienen razón al tratar de socavar la hegemonía unipolar de Estados Unidos. El planeta no es propiedad de Estados Unidos y todo esfuerzo para evitar que sea tratado como tal es bueno». Es viejo ya, enero de 2022, pero sigue representando literalmente el pensamiento de mucha gente que nunca se molesta en explicar cuáles son los beneficios del mundo multipolar, dándolos por autoexplicados. Se trata simplemente de que Estados Unidos pierda, gane quien gane, cueste lo que cueste, pase lo que pase. No hay esperanza en un mundo mejor —y no cabe duda de que hay mundos mucho mejores que un globo unipolar, gobernado por Estados Unidos—: solo en cobrarse una venganza. Algo así como un reverso tenebroso del famoso «fin de la historia». Esta gente le da la razón a Fukuyama, asume que la victoria del capitalismo es definitiva y, no creyendo en la posibilidad de una alternativa, desea, al menos, que un tercero le prenda fuego al ring; que este arda hasta los cimientos con todo dios dentro: nosotros, pero también ellos; y si ellos, estando bien pagar el precio de nosotros.


Domingo, 22/1/2023. Con respecto a lo rojipardo, debemos tener siempre claro que no es un fifty-fifty, una mezcla equilibrada de elementos rojos y pardos (en cuyo caso, de todas formas, sucedería lo que dice Héctor Tejero: si mezclas una taza de miel y otra de mierda, tienes dos tazas de mierda), sino que lo rojo ahí es una mera customización o topping de lo pardo. Son falangista, punto. Hay muchas maneras de ser un falangista y muchas pasarelas hacia el falangismo, pero todas llegan al mismo sitio; quienes las transitan acaban estando a lo mismo, son camaradas. Rojipardo es un término piadoso y engañoso, que puede llevar a ver que hay algo rescatable en ellos. No lo hay.

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Se dijo después de las elecciones andaluzas que cuidado con la «alerta antifascista» como único argumento, porque podía llevar a decir «OK, pues mayoría absoluta para la derecha normal». Creo que, en este año electoral, eso mismo le va a pasar a la derecha con la «alerta antipodemista» y Pedro Sánchez.

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Feijóo: «Ayuso, Almeida y Absoluta es la triple A que estamos intentando conseguir en todas las comunidades autónomas». Triple A. Sic. Casi en el aniversario —es mañana— del asesinato del estudiante antifranquista Arturo Ruiz por la Triple A. Algo así como decir esto que satiriza Álvaro González: «Korazón, Kabeza y Konsideración. Esta será la política para las migraciones subsaharianas. ¡KKK! ¡Griten conmigo! ¡KKK!».

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Centenario del nacimiento de Lola Flores. Rescatan en Twitter esto que decía a la muerte de Franco:

«Siete u ocho veces bailé y canté en La Granja, ante los ojos de Franco. Cuando me llamaban, yo siempre dije que sí. Era obligación de española y, a la vez, un honor. Guardo los regalos con emoción: un pájaro de plata, una pitillera, una polvera… Yo no soy política; yo no entiendo de política. Y no me importa. Me emociono. A Franco siempre le tuve un gran respeto. Era un hombre con gran sensibilidad. A veces, se emocionaba tanto que casi lloraba al vernos, pienso que se sentía orgulloso de sus artistas. Gozaba saludándonos. Recuerdo que una vez Juanita Reina y yo lloramos al acercarnos a él y, entonces, nos susurró en voz baja: “¿Por qué lloran? Ustedes no deben llorar, puesto que son la alegría de España”. En La Granja, en otra ocasión, yo no pude contenerme y en vez del saludo protocolario abracé a Franco. Él sonrió y su señora, doña Carmen Polo, más aún. Creo que me perdonó fácilmente aquel abrazo emocionado que me salió del alma».

Rescatan, también, esto que contaba Blas Piñar: «Era una mujer simpática, impetuosa, llena de vitalidad. Cuando entraba en mi despacho, antes de saludarme, se dirigía a la mesa próxima a la que yo ocupaba. Cogía una foto de Franco, que había sobre ella, y la besaba con todo fervor».


Lunes, 23/1/2023. Se pregunta Elena Valenciano, que nunca fue el lápiz más afilado del estuche, que «Dani Alves tenía salud, éxito, dinero y un amor: ¿qué le pasó por la cabeza para cometer (presuntamente) semejante barbaridad contra una mujer?». Se refiere a la acusación de violación que ha conducido a la cárcel a este futbolista, simpatizante de Bolsonaro para más señas. Y es un poco como aquello de Los Simpson de «el señor Burns, el hombre más rico y por lo tanto más fiable de América», cuando encargan la misión de llevar a Europa un billete del trillón de dólares y se lo queda; o la gente que cree que los salarios muy buenos evitarán la corrupción: Jesús Gil diciendo que él no robaba, porque ya era rico, y no lo necesitaba. Un tipo como Alves no viola a pesar de tenerlo todo, sino precisamente por ello.

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Sigue coleando la mención de Feijóo a la Triple A. Es ciertamente grave. Puede ser, o bien un dogwhistle deliberado, o bien una de esas referencias inconscientes, no maliciosas, pero que revelan a qué mundo perteneces, qué imaginario te ha rodeado, cuál es el agua en la que ha nadado el pez que eres. Ambas opciones son muy chungas. Lo que no cabe que sea es una manera inocente de hablar; una coincidencia puramente casual con el nombre de una organización terrorista de extrema derecha. Para lo que quería expresar Feijóo, nadie diría «la triple A», sino «las tres aes».

Con Feijóo vuelve también la matraca del «que gobierne la lista más votada». Una matraca muy elocuente al respecto de cómo entiende esta gente la democracia: no como un sistema de representación y articulación variable de la diversidad, sino como un autoritarismo competitivo. Votar para elegir caudillo; que si un partido de derechas —supongamos— sacó un 15% de los votos, y hay un 85% de votos a partidos de izquierda con programas semejantes, estos tengan que inclinarse ante aquel; caminar a gatas por debajo del futbolín.

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Qué hermosa esta reflexión de Cassirer sobre la libertad, que le leo compartir a Edgar Straehle:

«La libertad […] no es gegeben, sino aufgegeben; no es un don de que se halle dotada la naturaleza humana; es más bien una labor, y la más ardua labor que el hombre pueda proponerse. No es un datum, sino una exigencia; un imperativo ético. Cumplir esta exigencia es cosa dura en tiempos de crisis social grave y peligrosa, cuando parece inminente la ruptura de toda la vida pública. En esos tiempos, el individuo empieza a sentir una profunda desconfianza en sus propias fuerzas. La libertad no es una herencia natural del hombre. Para poder poseerla tenemos que crearla».

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Leo en El infinito en un junco una anécdota de Chesterton que no conocía. Preguntaron al escritor inglés qué libro se llevaría a una isla desierta. Respondió: «Nada me haría más feliz que un libro titulado Manual para la construcción de lanchas».

El runrún interior (87)


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Pablo Batalla Cueto (Gijón, 1987) es licenciado en historia y máster en gestión del patrimonio histórico-artístico por la Universidad de Salamanca, pero ha venido desempeñándose como periodista y corrector de estilo. Ha sido o es colaborador de los periódicos y revistas Asturias24, La Voz de Asturias, Atlántica XXII, NevilleCrítica.cl, La Soga, Nortes, LaU, La Marea, CTXT y Público; dirige desde 2013 A Quemarropa, periódico oficial de la Semana Negra de Gijón, y desde 2018 es coordinador de EL CUADERNO. Ha publicado los libros Si cantara el gallo rojo: biografía social de Jesús Montes Estrada, ‘Churruca’ (2017), La virtud en la montaña: vindicación de un alpinismo lento, ilustrado y anticapitalista (2019) y Los nuevos odres del nacionalismo español (2021).

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