Etiqueta: Fernando Prado Eirin

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Madrugada

«Un hilo de sangre espesa corre despacio sobre las gastadas piedras rumbo a la alcantarilla. “Podría estar muerto y nadie se daría cuenta”, piensas. Miras ambos lados de la calle. No hay nadie. Entonces te vas, huyes de ti mismo». Un relato de Fernando Prado Eirin.

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Tojos

«Mira este atardecer. Parece que el cielo se desangra y que la sangre vertida en el mar espumoso llegará a la orilla y nos mojará los pies descalzos. Contémplalo como si fuera el último, tal vez lo sea; para mí es como el primero porque camino a tu lado y todo parece cobrar un valor que roza lo inmoral.». Un relato de Fernando Prado Eirin.

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Papeles

«Levanté la mirada del suelo y no tuve más remedio que detenerme, asombrado, ante lo que veía. Inmóvil, mirando por encima de las gafas que se sostenían en la punta de la nariz, presencié el caos. Cientos de papeles volaban por toda la oficina». Un relato de Fernando Prado Eirin.

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Dos mil euros

«Llegué a la plaza central cinco minutos antes de la hora acordada. Allí de pie, con las manos en los bolsillos de la chaqueta, el cuello encogido y la barbilla escondida en el pecho, miraba a uno y otro lado, tratando de adivinar entre la multitud de expresiones serias y rostros pálidos quién era la persona a la que esperaba». Un relato de Fernando Prado Eirin.

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Yvonne

«La oscuridad pesa. Pegajosa y omnipresente, todo queda subyugado bajo su manto opaco, impermeable a la luz. El amanecer se abre paso a duras penas entre las espesas nubes bajo las cuales todos somos esclavos». Un relato de Fernando Prado Eirin.

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Oreja

Un relato kafkiano de Fernando Prado Eirin. «Me lavé la cara y mientras me estaba secando con la áspera toalla me percaté de que la imagen que me devolvía el espejo era la de un hombre de mediana edad con los cabellos alborotados al que inexplicablemente le faltaba una oreja».