El runrún interior

El runrún interior (111)

Pablo Batalla Cueto registra en su dietario pensamientos propios y notas de libros leídos y cosas vistas en Internet, escribiendo sobre un cartel visto en un supermercado de Soria o dos citas inenarrables de Javier Milei.

/ por Pablo Batalla Cueto /

El runrún interior (110)

Martes, 29/8/2023. Está ya en curso el MeToo español, y demostrando, contra la maledicencia de sus enemigos, que no es una cosa hipócrita y selectivamente de izquierdas, sino que no se hacen prisioneros: afecta y afectará a canónicos machistas de derechas y a los teóricos aliados. Es lo justo. Toda revolución se alza, a la vez, contra la derecha y la izquierda de la era con la que acaba. Cuando un régimen cae —decía Azaña—, caen su anverso y su reverso, su Gobierno y su oposición. La revolución feminista, para ser tal, no puede ser distinta. Por otra parte, lo dice bien Javier Alemán: que haya acosadores de mujeres y machistas en la izquierda no le da la razón a la derecha, sino al feminismo.

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Denis Soria:

—¿Cuál es el trabajo de tus sueños?

—En mis sueños no trabajo.

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Hablando de sueños, el mío sería que alguien, al conocerme, escribiera lo que Adorno tras conocer a Lukács en Viena, en junio de 1925: «Mi primera impresión fue muy poderosa y profunda. Un pequeño tendero, incongruentemente judío del Este, rubio con una nariz talmúdica y maravillosos insondables ojos». Qué bonito es el amor a primera vista.

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Se suicida un exmilitar chileno tras ser condenado a 25 años de cárcel por el secuestro y homicidio de Víctor Jara. Bien. Un hijoputa menos.

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Sigue coleando el affaire Rubiales. Hay gente que todavía no entiende lo de los besos con y sin consentimiento, o que se pueda sufrir una agresión sexual leve y seguir de fiesta. Pero es tan sencillo como que uno puede seguir de fiesta después de que le roben la chaqueta con la cartera, y hasta hacer bromas sobre ello al calor de la borrachera, y no deja de ser un robo. Tal vez así, explicado en términos de propiedad, que son los únicos que alguna gente triste comprende, lo entiendan.

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Leo Historia de la derecha española, de Pedro Carlos González Cuevas, que «la práctica política cotidiana del régimen moderado se asemejaba más al autoritarismo preconizado por Balmes —y luego por Donoso Cortés— que a los cánones establecidos en la Constitución de 1845». Jovellanos o Cánovas en teoría, Balmes y Donoso en la práctica: he ahí la receta histórica de la derecha española.

El libro está bien. Cuevas es un hombre cercano a Vox y la obra tiene sesgos y hace trampas que se van agravando a medida que se acerca al presente, pero la obra, sí, está bien: es erudita, documentada, enciclopédica, útil. Y los sesgos y trampas son los de un historiador, no los de un panfletista tipo Pío Moa. Es interesante, por otro lado, ver cómo la derecha se historia a sí misma. Y también qué cosas está obligado a reconocer un historiador de derechas honesto. Por ejemplo, esta: «Pese a las serias discrepancias ideológicas con el fascismo italiano y, sobre todo, con el nacional-socialismo alemán, el conjunto de las derechas recibió positivamente la llegada de Adolf Hitler al poder en enero de 1933».


Miércoles, 30/8/2023. En la masificada Barcelona, leemos hoy El País, para llegar a los iconos de la ciudad y evitar la masificación, los turistas ya llegan a pasar a través de viviendas particulares. Hay que poner coto a esta plaga. El turismo debe ser racionalizado.


Jueves, 31/8/2023. Borja Sémper afirma en la Ser que la propuesta de Feijóo a Sánchez de seis pactos de Estado y una legislatura comprometidamente breve del primero como presidente «sí es en cierta manera derogar el sanchismo». Qué palabras mágicas, esas del en cierta manera, piedra filosofal que te permite decir literalmente cualquier cosa, porque cualquier cosa es cualquier otra cosa en cierta manera y de algún modo. Yo en cierta manera soy guapo.

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Marcos Bartolomé: «A Asturias, la avalancha de visitantes le pilla como la viruela a la población nativa de América en 1492: sin defensas. La desgobernanza turística es un problema gravísimo; y el mantra de celebrar récords de visitas, una fórmula condenada al fracaso (solo hace falta mirar al sur)».

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En Oviedo, una sidrería empieza a vender culinos a un euro para turistas: «Si se hace con las copas de vino, ¿por qué no con la sidra?», dicen. No la sidra, pero la cultura sidrera empieza a estar, me temo, tocada de muerte. Esto es un paso más en una deriva que primero ha comenzado por eliminar los escanciadores humanos, reemplazados por el do it yourself del eléctrico o estos tapones con un agujerito para enderezar el chorro. La codicia capitalista lo acaba matando todo.


Viernes, 1/9/2023. Leo a Germán Huici sobre el limbo, «un concepto jodido, xenófobo». Según Dante, es el primer círculo del Infierno; un castigo leve, pero eterno, para aquellos cuya única culpa fue no haber conocido al Cristo. En la Comedia, Virgilio lo describe así:

Hay un lugar allí que es triste solo
por las tinieblas, no por los martirios,
y donde los lamentos son suspiros.

Allí estoy yo con inocentes niños
que el diente de la muerte mordió antes
de estar exentos de la humana culpa;

allí estoy yo con quienes las tres santas
virtudes no vistieron, y las otras
sin errar conocieron y siguieron.

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Noticia del día: «Interior suplirá la falta de guardias civiles en zonas rurales con “avatares súper-realistas” de IA. La Guardia Civil lanza un contrato de 500.000 para instalar ‘tótems interactivos’ que mejoren el servicio que se presta a la ciudadanía». La macdonaldización de la Meletérica, que decía Chiquito. Con «avatares súper-realistas» y «tótems interactivos».

Otra noticia del día, esta internacional: en Taiwán, Terry Gou, creador de Foxconn, que promete crear un «ejército de 80.000 robots para defender» la isla, anuncia su candidatura presidencial. En 2019 dijo que se postularía porque «se lo indicó la diosa del mar Matsu en sueños».

O tempora.

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Empiezo a ver por fin El año del descubrimiento, multipremiado documental sobre la reconversión industrial en Cartagena. Es una maravilla. Hay testimonios impresionantes como el de un obrero que cuenta su primer accidente con catorce años. Le cayó una barra de hierro de docientos kilos en los pies. «Somos la última generación de niños obreros de este país», afirma. Para ponérselo a los de «vivimos peor que nuestros padres», en plan La naranja mecánica, hasta que les sangren los ojos. «Con catorce años —me da vergüenza decir esto, pero lo voy a decir—, yo era un niño impúber. No tenía pelos en los huevos, pero tenía un trabajo de hombre, ya […] Conoces el trabajo antes que el sexo, […] conoces el trabajo antes que el amor, conoces el trabajo antes que nada». Pero vivimos peor que nuestros padres, hay que fastidiarse. El hombre, además, cuenta esto después de lamentar que él sacaba sobresalientes en la EGB y que quería seguir estudiando, pero no pudo. Y antes, uno ha visto a otra mujer que cuenta que se fue de casa con dieciocho años a currar como una esclava casi literal en un hotel, porque quería salir de casa como fuera, y que su madre estuvo un año sin hablarle, porque esperaba que se quedara a cuidarla en su vejez. Como edad dorada, las he visto mejores.


Sábado, 2/9/2023. Anuncia Borja Sémper que Feijóo iniciará una ronda de conversaciones con los presidentes autonómicos. Esto es, me parece a mí, como cuando Vlad el Empalador, ya derrotado y encarcelado, emplaba gorriones con palillos en su celda, para matar el mono.

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«Nuestro verdadero enemigo es el Estado. El Estado es el pedófilo en el jardín de infantes, con los nenes encadenados y bañados en vaselina». El autor de esta inenarrable cita es Javier Milei, posible próximo presidente de Argentina. Así está el mundo.

Otra de Milei: «Los fallos del mercado no existen. Cuando usted considera que hay un fallo de mercado, lo primero que sugiero es que vaya y revise, en ese mercado, si hay, o no, una intervención estatal. Y aun chequeado que no hay intervención estatal, y que efectivamente no la hay, le sugiero que haga el análisis de vuelta, porque el análisis está mal». El mercado como un dios infalible, que escribe recto en renglones torcidos, cuyos caminos son inescrutables. Una religión, en fin. Una fanática, yihadista.


Domingo, 3/9/2023. Una noticia de La Nueva España sobre Gijón:«El Alto Viesques ganará casi 200 pisos cerca del pabellón de La Tejerona». El Alto Viesques no existe: es Ciares. Lo denuncia incansablemente un colectivo llamado Esto Ye Ciares. Los mercachifles se han inventado eso del Alto Viesques, dicen, para inflar precios. Viesques es un barrio residencial, de clase media-alta, lo más parecido a un PAU que hay en Gijón, sin serlo. Ciares, un barrio obrero colindante. La gentrificación comienza rebautizando.

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Rescatan en Internet imágenes de los noventa de Julio Iglesias acudiendo a ser entrevistado a un programa de televisión por una tal Susana Giménez, y marcándose no uno, ni dos, sino tres rubiales seguidos; tres besos en la boca a la fuerza, contra la resistencia feroz de la periodista, entre las risas del público. Yo me he acordado de cuando mi padre fue a concursar a Estudio Estadio en el año noventa. Presentaba Jordi Hurtado, y consistía la cosa en memorizar los datos de la jornada de fútbol recién terminada: quién había marcado qué goles, en qué partido había habido un penalti, esas cosas. Ganó, y el premio era seleccionar entre diez o doce una moza de buen ver en biquini, que luego se sacaba de las bragas el sobre con el premio, doscientas mil pesetas en su caso. Venimos de la noche de los tiempos.


Lunes, 4/9/2023. John Berger: «El deseo sexual, si es recíproco, origina un complot de dos personas que hacen frente al resto de los complots que hay en el mundo. Es una conspiración de dos. El plan es ofrecer al otro un respiro ante el dolor del mundo».

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Louise Glück sobre la pérdida:

Al principio te veía en todas partes.
Ahora solo en ciertas cosas,
más espaciadamente.

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En Madrid y alrededores ha caído una DANA tremebunda, y se ha activado una alerta que llega indiscriminadamente —a través de las ondas, no de una lista de números de teléfono— a todos los teléfonos móviles de la zona. Como de todo tiene que haber en la viña del Señor, ya hay reaganitas dementes que claman al cielo por esta intolerable intromisión del Gobierno. Esto tiene que ser algún récord de subnormalidad. Hace falta estar como las maracas de Machín, ser más tonto que mear contra el viento, atesorar una tonticie de las de necesitar que los Power Rangers dijeran su color. No es verosímil que haya gente tan imbécil. Pero la hay, y por un lado es risible, pero por el otro es aterrador. Liberales en lo económico, conservadores en lo social, retrasados en lo mental.

Jorge Dioni bromea que se podría hacer una lista Robinson de teléfonos que no desean recibir estas alertas de seguridad ciudadana: la lista Darwin. Dice Dioni también: «Hay personas que se imaginan que son controladas porque desean importar a alguien».

Muy bueno, también, esto de Ignacio Pato: «Nunca dejará de asombrarme que gente con pinta de contar una fanta como pieza de fruta piense que viviría mejor sin Estado».

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En un supermercado de Soria, veo este cartel: «No se harán devoluciones de ropa interior ni de libros». Entiendo por qué (no puedes hacer la trampa de devolver un melón o unas galletas que te has comido, pero sí un libro que te has leído), pero me hace gracia esa conexión gayumbos/bragas-libros; imaginar que, igual que si uno se pone unos gayumbos una sola vez, quedan irremediablemente manchados, contaminados de sí, sucede lo mismo con un libro que se lee; que quedan en él demasiadas trazas de humanidad de quien lo ha leído.

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Leído en Twitter, a una cuenta anónima: «La verdad es que es feísimo eso de campaniforme para referirse a toda un cultura. O sea, llamar a toda esa gente por los envases que usaban. Como si nosotros fuéramos “la cultura del tetrabrick con abrefácil (que sustituyó a la cultura del plastiquete impelable de los CDs”)».

El runrún interior (112)


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Pablo Batalla Cueto (Gijón, 1987) es licenciado en historia y máster en gestión del patrimonio histórico-artístico por la Universidad de Salamanca, pero ha venido desempeñándose como periodista y corrector de estilo. Ha sido o es colaborador de los periódicos y revistas Asturias24, La Voz de Asturias, Atlántica XXII, NevilleCrítica.cl, La Soga, Nortes, LaU, La Marea, CTXT y Público; dirige desde 2013 A Quemarropa, periódico oficial de la Semana Negra de Gijón, y desde 2018 es coordinador de EL CUADERNO. Ha publicado los libros Si cantara el gallo rojo: biografía social de Jesús Montes Estrada, ‘Churruca’ (2017), La virtud en la montaña: vindicación de un alpinismo lento, ilustrado y anticapitalista (2019) y Los nuevos odres del nacionalismo español (2021).

2 comments on “El runrún interior (111)

  1. “Borja Sémper afirma en la Ser que la propuesta de Feijóo a Sánchez de seis pactos de Estado y una legislatura comprometidamente breve del primero como presidente «sí es en cierta manera derogar el sanchismo». Qué palabras mágicas, esas del en cierta manera, piedra filosofal que te permite decir literalmente cualquier cosa, porque cualquier cosa es cualquier otra cosa en cierta manera y de algún modo. Yo en cierta manera soy guapo”

    No estoy de acuerdo. Sin que sirva de precedente, aquí Sémper tiene razón. Si ellos pueden entender ‘sanchismo’ como el hecho de que gobierne el PSOE fiscalizado por su izquierda y los nacionalistas periféricos, un acuerdo PP-PSOE y en dos años nuevas elecciones sí que sería una derogación del modelo precedente. Otra cosa es que no cuele.

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