El runrún interior

El runrún interior (112)

Pablo Batalla Cueto registra en su dietario pensamientos propios y notas de libros leídos y cosas vistas en Internet, escribiendo sobre un atropello múltiple perpetrado en Haro o un NO-DO de 1978 sobre «El hobby de los políticos».

/ por Pablo Batalla Cueto /

El runrún interior (111)

Martes, 5/9/2023. Javier Franzé, invirtiendo la pregunta neoliberal del coste del Estado: «¿Cuánto le cuesta el mercado a la sociedad?».

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Leo a Jónatham Moriche advertir a un argentino preocupado por la futura victoria de Milei sobre el «sesgo de hiperexpresividad de las derechas iracundas», que hace que las expectativas electorales de la extrema derecha tiendan a sobredimensionarse. «Los votantes de derecha colérica son mucho más expresivos que el resto del cuerpo electoral —cuando tienen un encuestador delante y en su vida en general—: así saturan el espacio y la conversación pública, dando una falsa impresión de mayoría social que luego puede no serlo tanto». Para tener en cuenta.

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Una noticia de 2021 con la que me topo ahora: un hombre extraviado en el mar durante veintinueve días dijo tras su regreso a la civilización que había sido «un bonito descanso» de la realidad. Comprensible.

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En Haro (La Rioja), un atropello múltiple en un hospital, perpetrado por un coche en el que iban tres personas, mata a un sanitario y deja varios heridos graves. Al parecer, el conductor gritó consignas contra el Gobierno. La yihad fascista no es ninguna broma. Existe, y existe como la islamista: no como una organización terrorista clásica, con una férrea estructura jerárquica y una planificación centralizada de atentados, sino como un do it yourself, un terrorismo uberizado, de falsos autónomos, tú te lo guisas, tú te lo comes, tú agarras tu coche o tu camión y te lanzas a atropellar al personal sin que ningún secretario general del Terror te lo ordene, pero lo que haces tiene una resonancia internacional. Te anima Breivik, animas a Tarrant. Esta yihad fascista mata, mata mucho, y tiene —escribía yo hace tiempo en un artículo en Público, «brazo político, una miríada de organizaciones satélite y colaboradores legales; tiene diputados, presentadores de radio y televisión, tertulianos, columnistas, ensayistas que no pegan un tiro, pero señalan el objetivo y calientan los cascos». Yo ando hoy de minivacaciones por sendas provincias del interior de España, y, por casualidad que luego he pensado que tan casualidad no es, me he enterado de esto de Haro diez minutos después de ver en una tapia en medio de la nada esta pintada reciente: «PEDRO SÁNCHEZ ETARRA HIJO DE PUTA». Se está fraguando el estallido de algo muy feo. En realidad, ha estallado ya.

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Enric Juliana: «Hay tres partidos socialistas en España: el PSOE del litoral, el PSOE del interior y el PSOE anterior».

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Ezequiel Gatto, sobre Argentina, pero trasladable a otras latitudes: «Están construyendo un centauro: mitad cuerpo de pibe gamer con ganas de ir a Miami, mitad cuerpo de viejo milico represor que pasa sus veranos en Bariloche».

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El coche es el gran tótem del fascismo contemporáneo. Se manifiestan en él, lo invocan en sus campañas electorales, perpetran con él sus atentados. En Polonia hay un ultraderechista Partido de los Conductores. Y tiene sentido. El coche —su mito— es libertad, aislamiento y control. El fascista contemporáneo es un nuevo Marinetti, pero sin mito del progreso ni futurismo, con su imagen invertida en cambio: catástrofe y nostalgia. Un Marinetti viejo, frustrado y furioso. Marinetti, no ya en bólido de carreras, sino en un Ford Escort. El componente «aislamiento» es importante. Se cree en el coche con el terraplanismo con que se cree en la nación: una cápsula mágica protectora. El fascismo es esas imágenes de gente temeraria arrancándose a conducir por los aguaceros de la DANA y siendo arrollada. Y luego es libertad y control, pero por carriles marcados de carreteras cuidadas por otros, con teléfonos en el arcén para el SOS si te estrapallas. La ilusión de la libertad, la fantasía de la individualidad, sentirte un dios autogobernado porque puedes escoger ir a 120 o a 100 o a 200.

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Sergio C. Fanjul: «Qué manía con innovar todo el puto rato. Si todavía no nos apañamos con lo que hay. ¿No valdría con hacer las cosas BIEN?».

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Dice Felipe González que «la Constitución no es un chicle, no cabe la amnistía ni la autodeterminación». Le responden en Twitter: «Tampoco cabía lo de montar un grupo terrorista y al final le hiciste un hueco, ¿eh?».

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Ignacio Pato: «Desconfiad del nostálgico que cree que todo ha empeorado menos él».

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Parece ser que, en Estados Unidos, se está volviendo relativamente habitual mudarse a Europa tras terminar los estudios universitarios. El motivo es que, si te pasas veintisiete años fuera del país, se cancelan tus deudas estudiantiles. Cristo bendito, qué país.


Miércoles, 6/9/2023. Lluvias apocalípticas en Grecia y en España, mientras en Centroeuropa sufren una tremebunda ola de calor: un fenómeno atmosférico que se conoce como «circulación omega», por su forma. Tiene su cabalístico aquel que este desastre histórico dibuje sobre el mapamundi de Europa esa letra concreta, que es la del fin.

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Tocan los huevos —lo he sufrido hoy en Soria— estas terrazas que, como todas, invaden la plaza pública, pero en las que no van a atenderte, sino que tienes que ir tú a la barra y guisártelo y comértelo con la bandejita. Máximo apandamiento, mínima decencia de servicio. O tempora.

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Si nuestra civilización se pudiera compendiar en un gesto, serían los aspavientos crecientemente furiosos de cuando entras a cagar en un baño con luz de sensor y la luz se apaga, pero no consigues que se encienda, y acabas encendiendo el móvil para iluminar tu descomición.

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En Grecia, un pasajero llegó corriendo, tarde, a un ferry que zarpaba del puerto del Pireo. Saltó a la plataforma de acceso y dos empleados de Blue Star le empujaron fuera. Volvió a subir y le volvieron a empujar. Cayó al agua y se ahogó, mientras los otros miraban. Hay vídeos, se ve todo. El ministro de Náutica dijo: «Hay quien llora por un muerto, pero otros lloramos por los trabajadores que fueron a hacer su trabajo y hoy están acusados de homicidio». Estampas de ese algo brutal que flota en el aire, en esto que alguien ha bautizado como la Era de la Inminencia.

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Se discute sobre la cuestión de llevar el catalán, el euskera y el gallego (no así el asturiano, ni el aragonés) al Congreso. Por supuesto, estoy a favor. Significará, se dice, que el gran órgano de la soberanía nacional refleje el país real. Y estoy de acuerdo. Pero me pasa con eso de «el país real» lo que me pasaba con la olvidada «casta», aquel fetiche discursivo del primer Podemos: quisiera que ese discurso se llevara hasta sus últimas consecuencias. No había solo una casta política: había muchas otras, y por ejemplo la universitaria, con la que los universitarios que fundaron Podemos nunca se metieron. Y el país real que el parlamento debería reflejar no es solo el plurilingüístico. Por ejemplo, ¿cuántos diputados hay de extracción obrera? En esto, Sumar, con su gusto por los preparaos y la aristocracia de Estado, no da ejemplo precisamente.

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El conde de Romanones fue uno de los grandes representantes del liberalismo clásico en España. Bueno. Acabo de leer que en 1939 escribía lo siguiente:

«Las dictaduras florecen y se extienden sobre la base del sistema corporativo al punto de si el siglo XIX fue el del régimen parlamentario, el siglo XX será el de las dictaduras. La libertad ha muerto, lo afirmo, con emoción verdadera, no en balde durante cincuenta años la rendí culto. Pero qué hacer, tal es el espectáculo que ofrece España en esta hora suprema de conmoción, la más profunda que registra la Historia en que la Democracia se ha convertido en Demagogia y la Libertad en Anarquía».

Qué poco de fiar son y han sido siempre los liberales. Lo dice Pedro Vallín: en España, el liberalismo tiene muchos bardos, pero pocos devotos.

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Se comenta entre profesores qué hacer contra las nuevas herramientas tipo Chat GPT, que permiten falsificar trabajos con suma facilidad. Leo a Ana Carrasco-Conde una solución que me gusta: eliminar los trabajos hechos en casa y volver a la tradición oral y a escribir ensayos en el aula, con el material delante.


Jueves, 7/9/2023. Alfonso Guerra: «Me rebelo, la amnistía es insoportable, no cabe en la Constitución en absoluto, es la condena de la Transición y como socialista pido a Sánchez que no la haga. Es una infamia el viaje de Yolanda Díaz a Bruselas para reunirse con el gánster y golpista Puigdemont». Lo de Leticia Sabater perpetrando El polvorrón, La salchipapa y demás estridentes y sórdidos videoclips, o reconstruyéndose el himen para forzar una tournée de platós de los programas del corazón, solo se diferencia de lo de este insufrible señor en una cosa: Guerra lleva más ropa.

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Anuncia Jorge Vilda en el programa Goles de Radio Marca que agotará todas las vías para cobrar los cuatro años de contrato que le ofreció Luis Rubiales. Ya lo versificaba el arcipreste de Hita: hace mucho el dinero, mucho se le ha de amar; al torpe hace discreto y hombre de respetar; hace correr al cojo y al mudo le hace hablar; el que no tiene manos, bien lo quiere tomar.

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Xandru Fernández: «Ya no se hacen constitucionalismos como cuando Lasa y Zabala».


Viernes, 8/9/2023. Día de Asturias. Como todos los años, el infame arzobispo que padecemos dedica su misa en Covadonga a desbarrar basura ultraderechista, este año contra los «ecolojetas», las feministas y la Agenda 2030. Y como todos los años, lo peor no es eso; lo peor es el presidente Adrián Barbón sentado en primera fila, escuchando respetuosamente estas inaceptables diatribas en lugar de levantarse, irse y no volver más. Ya sería problemática su presencia en una misa del digno Gabino Díaz Merchán, a quien tanto echamos de menos a la vista de este sucesor, porque un presidente democrático no pinta nada en una misa católica; pero que encima el oficiante sea este imbécil la hace de todo punto inaceptable. Barbón se defiende diciendo que se encargó una encuesta que arrojó el dato de que la mayoría de ciudadanos de la región quiere su presencia en la misa, como muestra de respeto a lo que significa la Santina de Covadonga para muchos asturianos. Y yo no sé en qué piensa este hombre que mejora algo la cosa el reconocerse un Berlusconi sin principios, atento a las encuestas. En fin.

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Nancy Pelosi anuncia que se presentará a la reelección para otra legislatura en el Congreso estadounidense. Tiene ochenta y tres años. La URSS de los ochenta era menos gerontocrática.


Sábado, 9/9/2023. Titular de La Nueva España: «Alerta por varias carabelas portuguesas cerca de El Musel». Leerlo todavía a medio desperezar, sobresaltarte porque entiendes que nos está invadiendo Portugal. Ponerte triste cuando te das cuenta de que no.

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Hay en YouTube un corte de un NO-DO de 1978 en el que se pregunta a cinco líderes políticos del momento cuáles eran sus hobbies: «A nuestros políticos los conocemos por su actividad en los partidos, en los mítines o en el parlamento. Sin embargo, quizá no sepan ustedes cuáles son sus aficiones preferidas. Se lo hemos preguntado a cinco de los más importantes del momento y aquí están sus respuestas». Todos responden de una manera u otra que no tienen demasiado tiempo para hobbies, que la política consume hasta la última de sus energías, pero evocan lo que les gustaría hacer. Tierno Galván cuenta que no tiene otra afición que los libros, las novelas populares del siglo XIX singularmente. Carrillo dice que «hoy casi podría decir» que su hobby «son las sesiones parlamentarias», pero que «si estuviéramos en una situación más tranquila», sería «nadar, leer y andar». Felipe González menciona la lectura, pasear y el flamenco. Adolfo Suárez, el tenis, el paseo por el campo, la lectura (no sé yo esto…) y el mus. Fraga dice: «A mí me gusta lo contrario de lo que es mi trabajo normal: muchas horas en oficinas y despachos. Me gusta el aire libre en todas sus formas; y dentro de eso, la pesca y sobre todo la caza me parecen…». Aquí la cámara, que inicialmente nos ofrece un estrecho primer plano del líder de Alianza Popular, comienza a alejarse. «…me parecen deportes superiores. Deportar, ya sabe usted que quiere decir “salirse de lo que hace uno todos los días”». Sigue alejándose la cámara y va dejando ver, tras de Fraga, una pared repleta de cráneos cornudos. «Y dentro de la caza, lo que más me gusta, como verá usted quizá por los trofeos que hay aquí, es el rececho; y dentro del rececho, el rececho en alta montaña. Yo he pasado persiguiendo cabras monteses, sarrios y rebecos algunas de las mejores horas de mi vida». Lamenta entonces Fraga que «esto empieza a ser ya un hobby lejano, porque ahora no hay tiempo ni para cazar». Y después se pone poético:

«La caza, esos amaneceres gloriosos, esos atardeceres incomparables del Pirineo, de los Picos de Europa, a mi juicio es de las grandes posibilidades de desquitarse de una vida de frustraciones, de enfrentamientos, propios de toda acción política. Y sobre todo, de elevarse. Elevarse por encima de todo, es decir, acercarse, en definitiva, a Dios».

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Moriche: «La cadena de suministro de hijos de puta es una de las pocas, si es que no la única, que no se ha visto en absoluto dañada o ralentizada por la policrisis de la globalización».

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Walter Benjamin, citando a Proust: «Los objetos conservan algo de los ojos que los miraron […] los monumentos y los cuadros se nos aparecen bajo el velo sensible que tejieron para ellos el amor y la contemplación de tantos adoradores a lo largo de los siglos».

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Leo en El País que el edil de Salud de Valladolid, de Vox, un tal Alberto Cuadrado, apoya una campaña a favor del tabaco y ha repartido ceniceros de una plataforma del sector antes de las fiestas. Tiene esta gente un lema, «viva la muerte», y lo aplican a machamartillo, con implacable celo, sin desfallecer.

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Entrevistan a Ana Iris Simón en El Mundo con motivo de la publicación de un cuento infantil titulado ¿Y si fuera feria cada día? El titular es: «Estoy un poco harta de los cuentos infantiles con moraleja: que si el lobo es vegano, que el ecologismo…». Sí: basta ya de cuentos con moraleja. Sean los cuentos mera eflorescencia casual y nihilista de hechos sin orden ni significado, expresión de la futilidad de este sordo vacío cósmico que habitamos en soledad; de esta feria trivial en la que Dios no existe y todo está permitido. Se imagina uno este diálogo:

—Hola, mire, soy Prudencio Rodrigáñez, vengo a su editorial infantil a proponerles este cuento que he escrito sobre el valor de ser bueninos y…

—Vaya, vaya, tenemos aquí un MORALISTA. Váyase por donde ha venido, monstruo.

—P-pero…

—Los días de la MORALINA se han acabado. Aquí solo publicamos recopilaciones de esquelas de El Comercio y flyers de Compro Oro, únicos formatos que cumplen nuestros exigentes estándares de amoralidad.


Domingo, 10/9/2023. Publica el Abc un artículo titulado «Cincuenta años del fracaso de la “vía chilena al socialismo”». El 20 de diciembre, siguiendo esta lógica, habrá que decir que hace cincuenta años del fracaso de la vía Carrero Blanco.


Lunes, 11/9/2023. Tomás Sánchez Santiago: «Más allá de banderías políticas o deportivas, los españoles podrían resumirse en dos tipos: los que dicen “no sé si me entiendes” y los que dicen “no sé si me explico”. Es solamente escuchar a algunos en cualquier circunstancia (en el tren, en el ascensor, en el mostrador de un café) y uno apuesta a que acertaría a colocarlo con seguridad en una de esas dos trincheras.

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Anoche diluvió en Gijón como nunca. Yo dormía a pierna suelta; soy capaz de hacerlo en medio de un bombardeo. Y no me enteré. Pero al levantarme vi a mis amigos hablar, en WhatsApp, de sus noches en vela, de desperfectos en sus casas, de las calles convertidas en ríos. Parece que fue una cosa imprevista, repentina y tremenda. A Asturias le gusta imaginarse refugio climático porque le gusta imaginarse refugio en general; la aldea gala que resiste a las fuerzas universales que arrasan a otros. Pero no hay tal. Nuestra falta de preparación para algunas cosas nos hace, de hecho, especialmente vulnerables.

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El Principado de Asturias concederá su Medalla a la princesa Leonor después de que jure la Constitución. Hay —recuerda Pablo Suárez García— una expresión vernácula que dice «nacer per bon furacu».

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PP y Vox eliminan en Extremadura la gratuidad universal de los comedores escolares. Son una banda de sádicos, y no hay mucho más.


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Pablo Batalla Cueto (Gijón, 1987) es licenciado en historia y máster en gestión del patrimonio histórico-artístico por la Universidad de Salamanca, pero ha venido desempeñándose como periodista y corrector de estilo. Ha sido o es colaborador de los periódicos y revistas Asturias24, La Voz de Asturias, Atlántica XXII, NevilleCrítica.cl, La Soga, Nortes, LaU, La Marea, CTXT y Público; dirige desde 2013 A Quemarropa, periódico oficial de la Semana Negra de Gijón, y desde 2018 es coordinador de EL CUADERNO. Ha publicado los libros Si cantara el gallo rojo: biografía social de Jesús Montes Estrada, ‘Churruca’ (2017), La virtud en la montaña: vindicación de un alpinismo lento, ilustrado y anticapitalista (2019) y Los nuevos odres del nacionalismo español (2021).

3 comments on “El runrún interior (112)

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  2. Agustín Villalba

    “Javier Franzé, invirtiendo la pregunta neoliberal del coste del Estado: «¿Cuánto le cuesta el mercado a la sociedad?».”

    Extraño azar: esta mañana he descubierto por casualidad este sitio:

    https://davidmedinaespinosa.com/las-otras-opiniones/guy-sorman-los-verdaderos-pensadores-de-nuestro-tiempo-seix-barral-1992/

    en el que se resume el (interesante) libro de Guy Sorman “Los verdaderos pensadores de nuestro tiempo” (Seix Barral, 1991) – que yo leí hace más de 20 años.

    El autor del blog escribe: “He vuelto a leer el texto publicado en 1992 de la traducción del francés de 1989. Es una de las múltiples obras del muy prolífico economista y politólogo francés, Guy Sorman, que contiene 28 entrevistas a pensadores realizadas entre noviembre de 1987 y abril de 1989. Es decir, previo al desenlace de la caída del Muro de Berlín.”

    Entre esos 28 pensadores se encuentran Friedrich von Hayek y el economista anarquista a fuerza de ser ultraliberal, Murray Rothbard, un iluminado del liberalismo que pensaba que había que privatizar hasta las aceras e incluso el aire que respiramos.

    El resumen de su pensamiento que hace Sorman merece la pena leerse, como una de las cimas del delirio filosófico-económico humano. Comienza así:

    “El Estado es una asociación de individuos que están de acuerdo entre sí para hacerse llamar Estado. “Estos hombres y mujeres se han fijado como objetivo ejercer el monopolio legal de la violencia y la extorsión de fondos”. El Estado es una organización criminal.”

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