El runrún interior

El runrún interior (80)

Pablo Batalla Cueto registra en su dietario pensamientos propios y notas de libros leídos y cosas vistas en Internet, escribiendo sobre la eliminación de España en el Mundial de Catar o la lectura de 'A contracorriente: las disidencias ortodoxas en el comunismo español (1968-1989)', de Eduardo Abad.

/ por Pablo Batalla Cueto /

El runrún interior (79)

Martes, 6/12/2022. Una cosa curiosa y elocuente acerca de las maratones de montaña es que sus páginas web casi nunca informan de la historia de la carrera: cuesta encontrar el dato de en qué año fueron fundadas. La web de un club de montaña, en cambio, siempre la contará con detalle.

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Se queja Enrique Ossorio, vicepresidente de la Comunidad de Madrid, de que la concesión de la sede de la Agencia Espacial Española a Sevilla, y de la de Inteligencia Artificial a La Coruña, significa castigar «a la Comunidad de Madrid por su rechazo al socialismo. […] ¿Qué tipo de Gobierno desprecia su capital?». El victimismo de los privilegiados, ese Zeitgeist de nuestro tiempo.

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España, eliminada del Mundial de Catar, en el que ha ido de más a menos. Empezó ganando por siete goles a cero a Costa Rica, empató después contra Alemania, perdió después contra Japón y, finalmente, ha sido eliminada por Marruecos, que supo contrarrestar sin demasiada dificultad la tediosa sucesión de pases cortos y horizontales sin peligro de nuestra Selección. Me quedo con la sensación de que el auténtico genio fue Luis Aragonés, que supo apreciar la potencia del tiquitaca, pero se dio cuenta de su debilidad sin el talento sobrehumano de un Messi, y no se comprometió a muerte con él, sino que sabía improvisar alternativas cuando un partido se atascaba. Un genio Aragonés y un tipo listo Del Bosque, después, tuvo la prudencia de no tocar lo que funcionaba. En ningún aspecto de la vida se puede ser un hombre de un solo libro.


Miércoles, 7/12/2022. El PSOE expulsa a Joaquín Leguina, expresidente de la Comunidad de Madrid, por su apoyo explícito a Isabel Díaz Ayuso. Para mi gusto, mucho han tardado. Para el gusto de Sergio Sayas, el diputado tránsfuga de Unión del Pueblo Navarro, esta «es otra muestra de que el PSOE ya no es PSOE. Ahora solo es PS, Partido de Sánchez». ¿En qué partido serio no se expulsa a quien pide abiertamente el voto para el adversario?

Leguina, ahora, promete vengarse de Sánchez: «Voy a mostrar su verdadera cara», dice. Es triste la estampa de esta gente que se cree y poderosa porque un día lo fue, pero ya no es nadie, sic transit gloria mundi, y sus actos y movimientos ya no tienen efecto sobre la realidad de la que un día fueron escultores. Sánchez leerá esta bravata y le sudará el nabo, con perdón, porque sabe que son amenazas impotentes. Toda la ira de este PSOE veterotestamentario viene de ahí. Leguina, Alfonso Guerra, José Luis Corcuera, Juan Alberto Belloch, Felipe González… son Gloria Swanson en El crepúsculo de los dioses, viviendo entre el polvo y la polilla de los recuerdos del tiempo antediluviano en el que fue grande, escribiendo aquel guion larguísimo e indigesto, convencida, en el delirio de su encierro, de que la haría volver al estrellato.

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Comenta alguien en Twitter, de Achraf Hakimi, delantero nacido en España de la Selección de Marruecos, que no se puede nacer en Getafe, jugar contra tu país de acogida y mostrar cero respeto en la victoria. Detesto ese discurso nativista perdonavidas de que «hay que agradecer la acogida» e «integrarse» en todas sus versiones; también cuando lo manejan los nacionalismos subestatales en España. Un ciudadano de la sociedad que sea no está —no debería estar— obligado a nada más que a cumplir la ley. Ni a hablar una lengua, ni a tener unas costumbres o unas ideas, ni a agradecer nada. Que la sociedad le agradezca a él haber venido a levantarla con su trabajo.

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Extraño autogolpe en Perú, donde el presidente Pedro Castillo, que ganó las últimas presidenciales por los pelos a Keiko Fujimori con el apoyo de la izquierda, trata de disolver las Cortes, formar un ejecutivo de emergencia nacional y declarar el estado de exccepción, pero es rápidamente detenido. Por más que la ultraderecha de allá le esté haciendo la vida imposible, es, por supuesto, injustificable, y la izquierda no parece apoyarlo. A mí me despertaba Castillo, desde la distancia y el desconocimiento, una sensación semejante al presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador: tipos equívocos, de los nuestros en un clima de polarización más por lo que tienen enfrente que por lo que son, y con numerosas vetas inquietantes. En el caso de Castillo, machismo, homofobia, rojipardismo y la sensación de que armó su red de apoyos diciendo a cada cual lo que cada cual quería oír. Este momento de mierda es lo que tiene: dramáticas batallas de época crepuscular en las que puede uno verse apoyando a gente inquietante, y que después salga rana, porque la alternativa sean fascistas orgullosos y terroristas de Estado. De Perú sé nada y menos y nada más voy a decir. Que la izquierda y el pueblo peruanos decidan ahora qué hacer, y que no sea ni validar el autogolpe, ni dar alas al fujimorismo, que no puede parecer decente por contraste.


Jueves, 8/12/2022. La vida adulta es cargar una mañana poco el café y pasarse triste el resto del día.

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Pedro Vallín: «En un país en que derecha e izquierda llevan décadas en una demagoga carrera punitivista, en la que todo se arregla con nuevos delitos y penas más largas, que el único impulso despenalizador ataña a un delito que solo pueden cometer políticos es jodido de explicar a los paisanos».


Viernes, 9/12/2022. Alejo Vidal-Quadras: «Mi sincera enhorabuena a Joaquín Leguina por su expulsión del PSOE. Esta medida desabrida e intransigente de su actual cúpula corrobora lo que ya sabíamos sobre el ex presidente de la CAM: que es un hombre inteligente, independiente, lúcido y decente. Sánchez y sus miasmas». ¿Esta gente permitiría, en un partido que dirigiera, que un militante destacado hiciera campaña abierta por el adversario? Es para no creérsela, esta desfachatez. Me recuerda a la ira de algún imbécil cuando le dices educadamente que no le publicas en tu revista un artículo que va en contra de su línea editorial o de su libro de estilo. Ese ególatra pensar que los proyectos colectivos deben ser el coño de la Bernarda; un pasivo Speaker’s Corner al que cualquiera pueda subirse a pregonar lo que le venga en gana. No, oiga: hay una línea, y si usted no cae dentro de la línea, se va a lo del vecino o funda su propio chiringo.

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Cuenta hoy Miguel Martínez en Twitter que parece que no era infrecuente que los aristócratas ingleses del XVII tuvieran los dientes cariados y ennegrecidos por el alto consumo de azúcar, de manera que los pobres, que no podían permitirse tanto azúcar, se los teñían.

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Comenta Pedro del Rosal que «el inaceptable bloqueo del CGPJ no justifica las maniobras de Sánchez, destinadas antes a controlar las instituciones y no a favorecer su funcionamiento. Es falso que las segundas sean consecuencia inevitable de las primeras; son la excusa de una deriva de tintes totalitarios». En el contenido no entro. En la forma, expresa Del Rosal una tendencia transversal de los tiempos: la inflación y simplificación tremendizante del lenguaje. Algo puede ser caciquil, arbitrario, abusivo, incluso tiránico o autoritario, y no ser ese non plus ultra de lo totalitario. Se va perdiendo la precisión en aras de una guerra del volumen como la que afecta a la industria musical, tendente a grabar, producir y emitir música elevando progresivamente el volumen todos los años, creando un sonido que destaque sobre los de años anteriores, lo que tiene la contrapartida de reducir el rango dinámico: el volumen de las partes bajas se incrementa a la par que los picos más altos son destruidos o severamente disminuidos. Si esto de desbloquear el bloqueo del CGPJ modificando las condiciones de su elección es totalitario, ¿qué palabra vas a usar para cuando Pedro Sánchez monte campos de exterminio en Albacete? Siempre me acuerdo, en relación con esto, de unos que decían que la sangría demográfica asturiana —¡gravísima sin duda!— era un genocidio, y la situación de no oficialidad del asturiano, un apartheid. Tomémonos todos una tilita.

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En una entrevista a Bertín Osborne, comenta este que su entrevista soñada «sería la de Hitler. Saber lo que tiene un tío como ese en la cabeza debe de ser surrealista. Ha habido muchos monstruos, pero él es el más reciente». Pero también que jamás entrevistaría a Nicolás Maduro: «a sinvergüenzas y delincuentes procuro no tenerlos cerca y entrevistarles, menos». O sea: entrevistaría a Hitler, pero no a Maduro, porque no entrevista a sinvergüenzas o delincuentes. ¿Unimos los puntos?

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Inés Arrimadas: «Sánchez está dando un autogolpe a la democracia española desde el Gobierno de España. Y Sánchez ya no es un presidente del Gobierno, es un aprendiz de dictador al que tenemos, con fuerza, que pararle los pies». Lo de la inflación del lenguaje. Que me perdonen mis amigos del Real Oviedo Sociedad Anónima Deportiva, pero siempre que veo algo de Ciudadanos me acuerdo de un cántico antioviedista de El Molinón: «“Volveremos, volveremos, volveremos otra vez”, volveréis pero a Tercera, vais a desaparecer…».

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Héctor García Barnés: «Me parece muy definitorio de estos tiempos que Bad Bunny diga que “se retira”. Antes los artistas no anunciaban que se retiraban, simplemente era natural que un año no publicasen nada o no girasen. La hipervisibilidad les obliga a justificar su desaparición».

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Lanza el Gobierno una campaña contra el maltrato infantil, contra la idea de que los hijos sean propiedad de sus padres. Responde Jorge Buxadé, de Vox, que «los componentes del Ejecutivo trasladan todas sus taras personales y las vuelcan en el BOE o en la publicidad institucional». Georgina Trías, del mismo partido, que «¡qué vergüenza que las familias españolas tengan que ver este anuncio en sus casas! El dinero de todos para una campaña contra la familia. Nos tendrán enfrente». No sé si hacemos el suficiente énfasis en que hablamos de un partido que se siente atacado por, y se enfurece contra, una campaña contra el maltrato infantil. Es seria la movida.

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Bromean en Twitter con el contraste entre las campañas de apoyo al comercio local y ese comerciante local que dice: «Mira, vas a trabajar de limpiadora, friegaplatos, pinche de cocina, operaria de almacén, contable, chófer personal, con tu coche, claro, 12/18 horas de jornada, 6/7 días a la semana, ochocientos euros, pero te los pago cuando pueda». Pasa también —pero no estamos preparados para esta conversación— con el romanticismo de la pequeña librería.

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Hay gente que detesta volar, bien por miedo, bien sin miedo, pero por desagrado. A mí, que soy un poco paleto, no solo no me disgusta, sino que me encanta. Por más aviones que haya tomado —hoy tomo uno a Palma de Mallorca, donde el partido Més me ha invitado a presentar los Odres en unas jornadas antifascistas que organiza—, me sigue maravillando verme colgado del cielo. Incluso el no-lugar que es el aeropuerto, con sus baldosas relucientes, sus tiendas duty free, su zurriburri de gentes diversísimas, me gusta.


Sábado, 10/12/2022. El Cap de Setmana Antifeixista de Palma comienza con la proyección de La mort de Guillem, una película sobre el asesinato del joven antifascista Guillem Agulló en 1993. Un filme conmovedor, muy bueno, sobrio, duro, nada sensiblero. Lo recomiendo totalmente.

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La moción de censura contra Sánchez que anunció Vox hace unos días se negocia ya entre Vox, Ciudadanos y el PP cayetánico. Tienen ya, parece ser, candidato. Y el candidato es nada menos que Carlos García Adanero, el otro tránsfuga de UPN. A esta gente no le echan droja en el colacao: le echan colacao —poco— en la droja —abundante y de muchísima calidad—. Se acusa muchas veces a la izquierda de vivir fuera de la realidad, en la burbuja de su autocomplacencia y sus debates bizantinos, frente a una derecha que encarna el sentido común, pero ¿a cuántos años luz de la realidad y el sentido común hay que vivir para convencerse de que ¡Carlos García Adanero! es el candidato ilusionante que enfervorizará a las masas? Sánchez tiene que estar partiéndose de risa. Adanero —malicia Antonio J. Artal— «es un villano de Spiderman de los ochenta. Esa voz de conserje gritando porque le has pisado lo fregao. [… E]s como dormir la siesta con la cabeza en una almohada de nueces». Increíble.

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Leído en Twitter: «Los treinta son de verdad una edad crítica. En ellos se decide quién era guapo de verdad y quién era simplemente joven».


Domingo, 11/12/2022. Anna Ferrer: «Si no sos Proust, no me cuentes tu merienda».

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Descubro lo que en Italia llaman el café del estudiante: hacerse un café normal en la cafetera y, después, usar ese café como si fuese el agua para hacerse otro. Un concentrado de cafeína brutal para aguantar los exámenes. Debe uno de cagar hasta el estómago.


Lunes, 12/12/2022. El País: «Abascal busca el respaldo de diputados de otros grupos fuera de Vox y presume del espaldarazo de expolíticos como Rosa Díez, Marcos de Quinto o Vidal Quadras. Quinto ha ido más allá y ha llamado a una huelga general contra Sánchez». Chicha presumiendo del espaldarazo de Tato y Clodoveo.

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Leo estos días A contracorriente: las disidencias ortodoxas en el comunismo español (1968-1999), de mi amigo Eduardo Abad. Un libro estupendo sobre un asunto poco tratado, fuera del interés tanto de los historiadores del PCE como de los de la izquierda radical. Explora Abad las sucesivas olas de disidencia ortodoxa —que no prosoviética, como argumenta con solvencia— a partir de la convulsiva invasión de Checoslovaquia y la decisión del PCE de Carrillo de condenarla. Hoy leo este pasaje sobre la decadencia de uno de estos partidos, el PCOE de Enrique Líster, el general de tres ejércitos… y sobre la condición humana:

«La falta de ingresos hizo que el PCOE adquiriera importantes deudas, lo que provocaba que el periódico [Unidad y Lucha] saliera de forma muy irregular y el partido no pudiera elaborar materiales. Esa situación provocó que la propia supervivencia de su único liberado, Enrique Líster, se fuera haciendo cada vez más precaria. Varios militantes recuerdan la pobreza en la cual vivía el general, al cual el partido solo podía asignarle un «sueldo raquítico». Por eso, cuando los militantes iban a verle a su casa, le llevaban comida e incluso sábanas. Según su testimonio, la situación era tan grave que “muchos meses Líster tenía que decidir si salía el periódico o comía y lo que hacía era sacar el periódico”. Los problemas económicos llegaron hasta un punto en que el general tuvo que lanzar una desesperada campaña económica de préstamos que el partido devolvería años después, en 1987. En todos los números de Unidad y Lucha se insistía constantemente en la cuestión financiera con llamamientos, informes y publicaciones de listas con lo que había recaudado cada organización. El general apelaba a los valores del militante comunista: esfuerzo, sacrificio y perseverancia. La insistencia en esta cuestión era tal que daba la impresión de que la labor prioritaria del militante del PCOE era convertirse en un recaudador. Los informes publicados sonrojaban a unas determinadas organizaciones mientras ensalzaban a las que más recaudaban como modelos que seguir.

[…] En este contexto de crisis económica y agotamiento político del proyecto del PCOE, que languidecía a la sombra del PCPE, se produjo un viraje muy brusco de Líster. El general había mantenido algunos contactos con Gerardo Iglesias a principios de 1986, quien estaba interesado en integrar al PCOE en el PCE, en el contexto de rivalidad con el PCPE y el PTE-UC. Finalmente, aceptó la propuesta de integrarse en el PCE. Las razones del cambio han de buscarse en la propia trayectoria de Líster. La integración en el PCE le aseguraba una pensión, un coche oficial y un despacho. Y lo más importante, el reconocimiento de miles de comunistas […]».

El runrún interior (81)


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Pablo Batalla Cueto (Gijón, 1987) es licenciado en historia y máster en gestión del patrimonio histórico-artístico por la Universidad de Salamanca, pero ha venido desempeñándose como periodista y corrector de estilo. Ha sido o es colaborador de los periódicos y revistas Asturias24, La Voz de Asturias, Atlántica XXII, NevilleCrítica.cl, La Soga, Nortes, LaU, La Marea, CTXT y Público; dirige desde 2013 A Quemarropa, periódico oficial de la Semana Negra de Gijón, y desde 2018 es coordinador de EL CUADERNO. Ha publicado los libros Si cantara el gallo rojo: biografía social de Jesús Montes Estrada, ‘Churruca’ (2017), La virtud en la montaña: vindicación de un alpinismo lento, ilustrado y anticapitalista (2019) y Los nuevos odres del nacionalismo español (2021).

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