El runrún interior

El runrún interior (121)

Pablo Batalla Cueto registra en su dietario pensamientos propios y notas de libros leídos y cosas vistas en Internet, escribiendo sobre la constitución del nuevo Gobierno de Pedro Sánchez o el resultado aciago de las elecciones en Argentina.

/ por Pablo Batalla Cueto /

El runrún interior (120)

Martes, 14/11/2023. En Mieres, una estampa de la España que podría ser: la plaza del Ayuntamiento abarrotada para despedir a Aníbal Vázquez, con gente de toda condición aplaudiendo su féretro, envuelto en la tricolor republicana. A Aníbal, que encadenó tres aplastantes mayorías absolutas, lo quería y lo votaba hasta la gente de derechas. Lo más emocionante del fallecido alcalde es que en la izquierda llevamos eones teorizando sobre los procelosos caminos de la conquista de la hegemonía, pero él nos dio la lección de lograrlo de la forma más sencilla: siendo simplemente un buen hombre; un paisano sin trampa ni cartón. Es una gran pérdida la suya.

«Cuando veía las imágenes y vídeos de los funerales de Togliatti y Berlinguer en los que la gente lloraba a mares me llamaba mucho la atención cómo se podía crear un vínculo así. Hoy muchos lo hemos vivido en Mieres con Aníbal», escribe Daniel Sierra. Las imágenes emocionan, respigan. Suena el turullu: las campanadas a muerto de una cuenca minera. He ahí, también, una estampa de un mundo que fenece.

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Se acerca la segunda vuelta de las elecciones argentinas. Parece que ganará Massa, aunque las encuestas siguen dándole posibilidades a Milei. Qué tiempos estos, en que un sujeto tan grotesco como él puede tener opciones de presidir una potencia. Leo a una cuenta anónima de Twitter una observación aguda: la guerra de las Malvinas tiene dos villanos, Thatcher y Galtieri, y la fórmula Milei-Villarruel reúne a los admiradores de los dos.

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El Tulkarem (Cisjordania), un buldózer israelí demuele un monumento dedicado a un Premio Nobel de la Paz: Yasir Arafat. Ni los muertos están a salvo si el enemigo vence, decía Benjamin.

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El exministro de UCD Carlos Bustelo dice literalmente que, de saber que España quedaría en manos de Zapatero y luego de Sánchez, no habrían hecho la Transición. Caretas fuera, ya no hay filtro. El régimen del 78 se descompone a ojos vistas. Está en nuestra mano que lo que suceda a este 1922 de la Segunda Restauración no sea un nuevo 1923, sino que nos saltemos la fase primorriverista que anhela esta caterva execrable de franquistas y pasemos directamente a un nuevo 1931.


Miércoles, 15/11/2023. Lo que tenemos enfrente es la convergencia y unión de un conjunto de gente que enloqueció con la pandemia, otro que ya había enloquecido con el 11-M y el que lleva enloquecido desde la ley de Reforma Política de 1977. Y luego están los que llevan encima dos siglos y medio de enloquecimiento; los locos impenitentes de 1789.

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Pablo Iglesias anuncia la ruptura de Podemos con Sumar. Como dice Aldo Conway, «esto es como cuando tus padres se separan pero el que te lo cuenta es el profesor de plástica».

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Recibo una de esas insufribles llamadas spam, para venderme algo que no llego a saber qué es, porque cuelgo antes de que empiecen a darme la barrila. Sí que llegó a escuchar que la mujer al otro lado del teléfono se presenta diciendo: «Soy una asesora virtual». Gensanta con la neolengua.


Jueves, 16/11/2023.  El Grupo Parlamentario del PP señala en Twitter a los diputados socialistas, uno a uno, por apoyar la investidura de Sánchez. Es tremendo. Son tan parte del problema como Vox. Abc también ha publicado, con maneras del viejo Egin, un listado de los 121 «peones» de Sánchez,. Cualquier día va a ocurrir una desgracia. Y no es exagerar: Herminio Sancho, diputado del PSOE por Teruel, ha sido atacado cerca del Congreso cuando salía de un bar con otros cuatro miembros del PSOE, a los cuales se ha increpado, perseguido y tirado huevos.

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¿Y si, en 2014, hubiera sido Eduardo Madina quien ganara las primarias del PSOE? Los ejercicios de historia virtual son entretenidos pero tramposos: nos imaginamos una evolución de los acontecimientos idéntica en todo salvo en un aspecto concreto que nos entretenemos en modificar quirúrgicamente y su posible estela; pero, si ese aspecto hubiera sido distinto, también lo hubiera sido todo lo demás. Los acontecimientos no tienen membrana. En todo caso, tiene algún interés fabular una ucronía en la que el secretario general del PSOE durante estos años y en la actualidad fuera, no el rumboso exconcejal madrileño, sino el diputado vasco.

Madina era, recuérdese, el candidato de centroizquierda de aquellas primarias, siendo José Antonio Pérez Tapias el de la izquierda y Sánchez el de la derecha, bendecido por un aparato que asentía complacido a su reivindicación de referentes como Justin Trudeau o Matteo Renzi o, más tarde, ya ganadas las primarias, a su aparición en un mitin ante una gigantesca bandera rojigualda, acompañado de su mujer de un modo que evocaba el papel de la primera dama en Estados Unidos. Hubo quien, entonces, arrugó la nariz ante la candidatura de Tapias, inesperadamente inundada de avales, viendo tras ella una operación apparátchik para fragmentar el voto del ala izquierda del partido, dividida así entre el portavoz sevillano de la corriente marxista y republicana Izquierda Socialista y un Madina que se presentaba abiertamente como republicano y demandaba al partido que afrontara el debate sobre la monarquía. El rey Juan Carlos acababa de abdicar, y también se maliciaba que lo había hecho en ese preciso momento, justo antes de las primarias socialistas, para que un leal Alfredo Pérez Rubalcaba le asegurase una abdicación cómoda, que preservase su inviolabilidad, evitando la incertidumbre que vendría con una victoria de Madina u otro candidato republicano, en aquel momento de crisis de régimen y horas bajas para la institución monárquica.

Ganó el pícaro Sánchez al intelectual Madina y sabemos lo que ocurrió después; los asombrosos vaivenes que se sucedieron en estos años de infarto y que acabaron convirtiéndolo en presidente del primer Gobierno de coalición con comunistas desde la Segunda República. Ha habido muchos Sánchez y, realmente, no es del todo injusta la caricatura que hacen las derechas del oportunista amoral, sin escrúpulos, arrimado en cada momento al sol que más caliente sus posibilidades de vivir en la Moncloa. Con bastante seguridad, la trayectoria de un Madina victorioso en 2014 hubiera sido más coherente, más predecible. Más moral. Si nos tienta recordar su vengativo apoyo a Susana Díaz en las siguientes primarias, que decepcionó a muchos de quienes lo habían votado en su momento, cabe que recordemos que, en esta historia cambiada, no se hubiera producido. Pero podemos preguntarnos también si, con Madina al frente del PSOE, estaríamos allá donde estamos hoy: ofreciéndole al mundo un ejemplo de dique antifascista cuya construcción ha sido vertiginosa y ha marcado muchos goles en el último minuto del tiempo de descuento; y que, desde luego, no solo a Sánchez se debe, pero para la cual ha sido crucial la condición de desvergonzado hombre de acción del presidente; ese desparpajo del que, como reza el chiste, si se lo deposita en pelotas y con una navaja en el Polo Norte, se le tendrá una semana después llamando a la puerta con sonrisa pícara, una piel de oso y, en la mano, un saco con un millón de dólares.

Algo recuerda la dialéctica Sánchez-Madina a cómo el vivales Suárez ganó hace cincuenta años al intelectual Fraga, biblioteca andante que nunca pudo tragar a aquel cebrereño célebremente incapaz de terminar un libro, y sin embargo daba sopas con ondas electorales al exministro de Información y Turismo. Fraga tenía el Estado en la cabeza, pero no audacia; y, por ejemplo, a la legalización del PCE por la que Suárez apostó, desdiciéndose de promesas hechas anteriormente y asumiendo el acoso ultra que durante algún tiempo sufrieron él y su familia, Fraga se opuso, no por principio (aceptaba que, con el tiempo, el partido comunista fuera legalizado), sino por miedo; por un sentido timorato de la responsabilidad.

Tiempos convulsos como estos que atravesamos requieren killers a su frente; hombres y mujeres temerarios y eficaces, que ante cada kairós no duden ni un segundo, sino que se abalancen sobre él con la voracidad del que sabe que la fortuna sonríe a los intrépidos. Y Sánchez, en eso, es como un chuletón al punto: imbatible. Bendito sea.


Viernes, 17/11/2023. Parece que decaen las algaradas cayetanas de Ferraz. El escenario que se abre, creo, es guerra judicial y mediática y, eso sí, el riesgo incrementado de un o una Jo Cox española —aquella diputada laborista asesinada por un ultraderechista—, porque para eso basta un chiflado, y a estos chiflados en concreto les están calentando fuertemente los cascos. De hecho, suele pasar que cuando la movilización masiva decae, el grupo reducido y demenciado que queda incremente la violencia para compensar. Un poco lo que pasó, después de 1968, con las organizaciones terroristas de los setenta: ETA, Brigate Rosse, Baader-Meinhof, etcétera.


Sábado, 18/11/2023. Castejón, uno de los apellidos de Pedro Sánchez, se parece a katejón. Es este un término bíblico, que significa «el que contiene», y que aparece en epístolas de san Pablo referido a un misterioso personaje, capaz de evitar la llegada del Anticristo: «Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; solo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio. Y entonces se manifestará aquel inicuo».

Carl Schmitt, más tarde, trasladó el concepto a la filosofía política. Hoy cuesta no ver un katejón en Sánchez: el que contiene, en España, la llegada del posmofascismo. Indudablemente, no solo la contiene él, sino la conciencia antifascista de todo un pueblo que acepta electoralmente, tapándose la nariz en ocasiones, que Sánchez sea el mascarón de proa de tal empresa; pero Sánchez atesora cualidades cruciales para su éxito. Es un killer en un país en el que proliferan los timoratos; y esa temeridad del apostante de riesgo está resultando valiosísima en esta desesperada batalla del siglo XXI, que allá donde se gana se vence como aquí: con goles, con triples baloncestísticos, en el último segundo del último minuto del partido. 

Es Sánchez una suerte de centón de todos los presidentes españoles anteriores. Tiene la picaresca osada de Suárez, el hiperliderazgo intrapartidario de González, la vocación internacional de Aznar, el programa de Zapatero, la impasibilidad de Rajoy… y golpistas enfrente, amenazando su investidura, como Calvo-Sotelo. También, si se nos apura, la baraka de Franco. No hay muchos como él en el panorama internacional, y es por ello que ha acabado por convertirse en líder informal de una familia declinante: la socialdemocracia europea, para la que ya ni siquiera Iberia es toda ella una reserva espiritual, toda vez que hoy vemos caer a António Costa en Portugal, víctima de una extraña operación de tintes lawfarescos ante la cual hizo algo que Sánchez el pertinaz jamás haría: dimitir apresuradamente.

Por lo demás, crece a ojos vistas la impopularidad del anodino Scholz en Alemania, donde insurgen con fuerza los rojipardos de Sahra Wagenknecht; no hay katejón que valga en la Italia ya caída en las garras de los ultras; la izquierda francesa agoniza; Syriza entra en la barrena en la que ya estaba el PASOK; los laboristas arrasarán en Gran Bretaña según todas las encuestas, pero menos por los méritos del insustancial Starmer que por los calamitosos deméritos de los demenciados tories, y ayudados, también, por un sistema electoral irreal e injusto, etcétera. Sí hay líderes progresistas destacados en América, de Lula a Boric pasando por la dupla Biden/Sanders, pero la Europa socialista va tornándose un páramo en el que ya solo brilla el presidente español. 

El pasado día 10, un congreso del Partido Socialista Europeo celebrado en Málaga vino a consagrarlo definitivamente como ese líder inesperado del maltrecho socialismo europeo. Allá parecía Sánchez uno de esos casos que se dan a veces de gran futbolista condenado a brillar en una selección nacional mediocre: el Shevchenko de una Ucrania, el George Best de una Irlanda del Norte.

Ya apenas conocemos a los líderes socialdemócratas europeos, administradores concursales de una corporación antaño poderosa, cuyos nombres hay que buscar en Wikipedia; enanos incapaces de llenar el traje que un día se enfundaron François Mitterrand, Willy Brandt, Mário Soares, Andreas Papandréu u Olof Palme. Pero se va conociendo a Sánchez.

Estos días corre por Twitter, puesto en circulación por Bruno Maçães y pensado para el público estadounidense, uno de esos allignment charts en los que sendos ejes reparten cuatro cuadrantes, referente en este caso a las combinaciones posibles de posicionamientos en torno a la guerra en curso en Ucrania y la de la Franja de Gaza. Una sería el «antioccidentalismo», y allá aparece Lula da Silva como rostro ejemplar de la sensibilidad prorrusa y propalestina.

Otra, el «darwinismo» de los prorrusos y proisraelíes, representados aquí por la republicana estadounidense Marjorie Taylor Greene. Otra, el «occidentalismo» de los favorables a Ucrania y a Israel, representado en el gráfico por otra republicana estadounidense: Nikki Haley. Finalmente, el «universalismo» proucraniano y propalestino, y allá aparece Sánchez flanqueado por las banderas de esos dos países. El presidente del Gobierno español es ya, como puede verse, una referencia internacional.

Campa por sus respetos la iniquidad en un mundo que se precipita hacia el apocalipsis, pero, en España, disponemos, como tuitea Jónatham F. Moriche, de «un precioso tiempo comprado para apuntalar las defensas materiales, culturales y morales de nuestro país frente a la espiral geopolítica, económica y ecológicamente catastrófica que se va a tragar el mundo en las décadas por venir». Hay una lumbre en España.


Domingo, 19/11/2023. En Argentina, gana Milei. Y a la vez, nos enteramos de que el pasado viernes se superaron por primera vez los dos grados centígrados de anomalía de temperatura global respecto al período preindustrial. El Gran Desastre entra en fase de aceleración.

El PP de Madrid celebra lo de Milei tuiteando el «¡viva la libertad, carajo!» que es lema del grotesco candidato y ya presidente electo. Las cosas claras y el chocolate espeso: los gobernantes de la capital se sienten plenamente identificados con un tipo que dijo querer legalizar el tráfico de órganos. Son el mismo mal. Y menuda bala esquivamos en julio.


Lunes, 20/11/2023. Se anuncian los nuevos ministros. Muy buenos nombres por parte de Sumar, a destacar el de Pablo Bustinduy, tal vez la cabeza mejor amueblada de nuestra atribulada izquierda alternativa. Me gusta también ver ahí a mi querida Sira Rego, a quien le ha caído un ministerio chiquitín, el de Infancia y Juventud, pero que estoy seguro de que aprovechará tan bien como Alberto Garzón el de Consumo.

Los ministerios del PSOE son bastante continuistas. Los nuevos también me gustan; los viejos, unos más y otros menos, pero hacen falta esos equilibrios en un momento tan delicado como este, y que haya también ministros que satisfagan a los sectores más conservadores de nuestro campo. Como dice Moriche, «sin el sector social que representan el ministro Marlaska o la ministra Robles difícilmente compondríamos mayoría de gobierno y aún más difícilmente ese gobierno mantendría cierto control sobre los aparatos del Estado. O este gobierno o la horda de estas pasadas noches en Ferraz».

Llama la atención el nombre de Ana Redondo, la nueva ministra de Igualdad, persona desconocida fuera de Valladolid, donde ha sido concejal, y sin redes sociales. Parece claro que se apostará por el perfil bajo durante esta legislatura en lo que respecta a ese ministerio, pero es bueno que así sea, después de una legislatura un punto demasiado intensa cuyas conquistas, de todos modos, están ahí, y ahí seguirán. Quienes conocen a Redondo dicen que no es terf, es decir, enemiga de las personas trans, como se temía que pudiera suceder.

Por lo demás, una cosa muy buena: ni una progre-estrellita; perfiles muy políticos. Parece que se ha escarmentado de los Pedro Duque, los Pepu Hernández, los Màxim Huerta, los Manuel Castells y demás. Y una cosa mala: ni un asturiano, pese a ser Asturias una de las únicas tres autonomías donde aún gobierna la izquierda. De las otras dos, Navarra y Castilla-La Mancha, sí hay ministros. Da rabia cuán poco cuenta mi tierra en la cosa nacional; lo abandonados que se nos tiene.

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El soberano posmofascista tiene tres cuerpos, que en el triunvirato vencedor en Argentina se distinguen con especial nitidez: bufón (Milei), verdugo (Villarruel) y ratero (Macri).

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Le leo a Edgar Straehle, que a su vez lo lee en Una familia mal avenida: Falange, Iglesia y Ejército, de Alfonso Lazo, que, en 1901, un párroco del pueblo sevillano de Salteras, de nombre José González Marín, incluyó en el libro registro de nacimientos, bautizos y defunciones la muerte del siglo XIX:

«En la villa de Salteras, […] mando dar sepultura eclesiástica en el gran panteón de los siglos que se llama Eternidad al cadáver frío y hediondo del siglo XIX, apellidado de las Luces y cuyo nombre propio es el Liberalismo, que tenía cien años de edad, hijo directo del racionalismo y de la Libertad de Conciencia y nieto del Protestantismo y su mujer la soberbia humana y la concupiscencia de la carne. Casado ilegítimamente con varias mujeres: la ambición de riquezas y placeres, la revolución, la ignorancia y la irreligión, de cuyos ilícitos consorcios han resultado también varios hijos, a saber: el desequilibrio moral del mundo, el Socialismo, Anarquismo, Indiferentismo religioso y el Ateísmo práctico de los Estados y de las costumbres. Que falleció el día de ayer a las doce de la noche de muerte natural según atestigua el sentido común. Presentando signos de descomposición y fetidez extraordinaria a causa de su borrascosa juventud y licenciosa ancianidad, indigna de sus años y de su ciencia, por lo cual fue enterrado en el mismo momento de expirar.

Por último, por coincidir su muerte con el nacimiento y bautizo de su hijo el siglo XX que se efectúa también con toda pompa y solemnidad, comulgando el mundo católico a las doce de la noche, en Salteras, doscientas personas, ofrecieron a Dios como Homenaje la restauración de su templo que se encontraba en deplorable ruina y pidiéndole no imite el siglo XX a su padre en sus maldades, sino que por el contrario durante él y en todos sus dominios sea un hecho el Reinado Social del Jesucristo el cual viva, reine e impere sobre el mundo como Rey inmortal de los siglos».

El runrún interior (122)


Pablo Batalla Cueto (Gijón, 1987) es licenciado en historia por la Universidad de Salamanca, periodista y corrector de estilo. Ha sido o es colaborador de los periódicos y revistas Asturias24, La Voz de Asturias, Atlántica XXII, NevilleCrítica.cl, Jot Down, La Soga, Nortes, LaU, La Marea, CTXT y Público; ha dirigido A Quemarropa, periódico oficial de la Semana Negra de Gijón, y desde 2018 es coordinador de EL CUADERNO. Ha publicado los libros Si cantara el gallo rojo: biografía social de Jesús Montes Estrada, ‘Churruca’ (2017), La virtud en la montaña: vindicación de un alpinismo lento, ilustrado y anticapitalista (2019), Los nuevos odres del nacionalismo español (2021) y La ira azul: el sueño milenario de la Revolución (2023).

3 comments on “El runrún interior (121)

  1. Agustín Villalba

    Extraña visión idílica de Sánchez (ni una palabra de la situación catastrófica de la economía española, que va a impedir a los socialistas acabar la legislatura), un Sánchez que es criticado por todas partes fuera de España. Le Monde, periódico serio si los hay, y de izquierdas, escribe lúcidamente (porque es evidente que tras Sánchez llegará al poder Vox -con el PP- en España, como tras Macron el RN de Marine Le Pen en Francia) :

    “En pactisant ainsi avec un parti qui a toujours prôné la radicalité, et qui a été dénoncé par M. Sanchez lui-même comme un partenaire peu fiable, le premier ministre risque de perdre le crédit politique qui lui restait. La tactique choisie est d’autant plus douteuse que l’accord donne une influence démesurée aux indépendantistes, chaque débat sur l’avenir politique de la Catalogne pouvant à tout moment se transformer en vote de défiance pour la majorité.A cette instabilité potentielle s’ajoute un risque exacerbé de division du pays. Le parti d’extrême droite Vox, qui dirige désormais cinq régions espagnoles en coalition avec le PP, a en grande partie construit son succès sur la réaction à la tentation indépendantiste catalane. En remettant en selle cette dernière dans l’unique but de se maintenir au pouvoir, M. Sanchez fait un pari qui contribue à renforcer une extrême droite qu’il prétend combattre.”

    «Espagne : Une politicienne qui défend le massacre du Hamas nommée ministre.
    Sira Rego, membre de la Gauche unie, est nommée ministre de l’Enfance et de la jeunesse, après avoir accusé l’État juif d’avoir «exterminé un peuple pendant 75 ans».»
    https://fr.timesofisrael.com/espagne-une-politicienne-qui-defend-le-massacre-du-hamas-nommee-ministre/

  2. Agustín Villalba

    Más sobre Sira Rego:

    «Declaración de preocupación de las asociaciones de ucranianos en España por el nombramiento de Sira Rego como Ministra de Infancia y Juventud

    La eurodiputada de Izquierda Unida fue de los pocos que votó en contra de este posicionamiento de la Unión Europea, no condenando la deportación/ traslado forzoso de los niños ucranianos.»

    https://conucrania.com/2023/11/21/declaracion-de-preocupacion-de-las-asociaciones-de-ucranianos-en-espana-por-el-nombramiento-de-sira-rego-como-ministra-de-infancia-y-juventud/

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