Efectos de superficie
Antonio Monterrubio escribe sobre el descalabro de Ciudadanos, víctima de una instantánea en la que «no cabían tres. De cara a los intereses del Poder, eran multitud».
cuaderno digital de cultura
Antonio Monterrubio escribe sobre el descalabro de Ciudadanos, víctima de una instantánea en la que «no cabían tres. De cara a los intereses del Poder, eran multitud».
El escritor asturiano firma ‘Ella’, texto híbrido y expatriado que rastrea los cambios desencadenados a partir de la generación ‘beat’ y sus consecuencias con la demolición de los tabúes sexuales y el espíritu triunfante de la mujer y el feminismo.
Mario Martínez Zauner sintetiza en un artículo su crítica a ‘La trampa de la diversidad’, polémico ensayo de Daniel Bernabé sobre la utilización, por el neoliberalismo, de distintas opresiones para blanquear y ocultar su fundamento de explotación económica y su puesta a los colectivos correspondientes a competir entre sí por una cuota de representación en la esfera pública, mediática y política.
¿Es Putin un gobernante totalitario? ¿Quién es Aleksandr Duguin, el gran ideólogo del eurasianismo, a quien se conoce como el ‘Rasputín de Putin’ y cuya ‘cuarta teoría política’ fascina a las ultraderechas de todo el globo, y también a parte de la izquierda poscomunista? Pablo Batalla Cueto reseña ‘El futuro es historia: Rusia y el regreso del totalitarismo’, de Masha Gessen.
La Universidad, dice Michel Suárez, se ha convertido en una megamáquina expendedora de títulos y diplomas en lugar de en la «escuela de averiguación» que quería Giordano Bruno.
Larga reseña de Pablo Batalla Cueto de ‘Ideas comprometidas: los intelectuales y la política’ (Akal, 2018).
Pilar Alberdi, una nueva colaboradora de EL CUADERNO, se pregunta qué pensarán de nosotros en el futuro tras leer a Chéjov y a Orwell.
Marcelino Iglesias nos guía a través de la Ciudad de la Luz a través de los libros que escribieron sus paseantes y enamorados.
Xandru Fernández hace balance crítico del equívoco legado de Mayo del 68 cincuenta años después.
Miguel Ángel Suárez Escobio es un ludita del siglo XXI que reivindica todo aquello que fue arrumbado por la eclosión de la civilización de las máquinas: la lentitud, la tranquilidad, la pereza, el altruismo, el disfrute sosegado de las cosas bellas de la vida.