Mes: noviembre 2018

Actualidad

La crisis poética

Siguiendo la estela abierta por Pedro Luis Menéndez con su ‘La banalización del hecho poético’, Adrián Salcedo abunda en criticar cierta pseudopoesía en auge que es más acto publicitario que acto creativo, abusa del yo y practica un extraordinario divorcio con el medio social.

Televisión y cocina (1)

A juicio de Francisco Abad, comprobada la eficacia condicionadora del medio televisivo, la tendencia actual en los programas gastronómicos es una mezcla de espectáculo, exaltación de los protagonistas e impulso de una cocina desarraigada, globalizada, generalmente inauténtica, sin base en una cultura propia o ajena, como algo normal y universalmente aceptable.

Narrativa

Max Aub: la parálisis silenciosa

Mucho de lo que sucedió en las calles durante la guerra civil es bien conocido gracias, entre otros, al ciclo narrativo de Max Aub, que oportunamente rescata estos días Cuadernos del Vigía. José de María Romero Barea disecciona la obra del escritor en este artículo.

La experiencia virtual (I): Inmersión

Las principales dimensiones del lenguaje interactivo son la inmersión, la actuación y la transformación. Sobre cada una de ellas puede fundarse un tipo diferente de experiencia virtual; y sobre cada una de ellas irá escribiendo Antonio Gil un artículo acerca de sus características y variantes.

Poéticas

José Gutiérrez Román: Todo un temblor

El último libro del poeta burgalés es un vademécum de poesía sustentada en lo anecdótico. Aquí tienen cabida las circunstancias laborales, las relaciones personales, el fracaso amoroso, el erotismo, la critica social y, por supuesto, la poesía y la condición de poeta, a quien se baja de ese inestable pedestal en el que le colocan críticos y antólogos.

La banalización del hecho poético

La poesía también ha sido sacrificada a la mercadotecnia moderna, que hoy descubre aquellos cuadernos adolescentes llenos de efusiones líricas que no pasaban de ser compartidos con el novio o la novia a quien se pretendía impresionar, pero hoy pueblan las redes en las que nuestros ¿niños? permanecen horas y horas.