/ por Pablo Batalla Cueto /
Martes, 4/10/2022. Arabia Saudí celebrará los Juegos Asiáticos de Invierno de 2029, para los cuales proyecta construir una «megaciudad futurista» en medio del desierto, que costará quinientos mil millones de dólares y contendrá un complejo que permita la práctica de deportes de invierno durante todo el año. Un disparate propio de estos tiempos horteras, delirantes y suicidas. A veces apetece que caiga de una vez el meteorito o el misil nuclear que se lleve por delante de una vez a esta especie maldita.
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La manera que tienen algunos comunistas de desentenderse de la contienda política (de Boric a Kast y de Yolanda Díaz a Abascal todo es burguesía, me la sudan los matices, yo quiero acabar con todos) es un poco el «mi reino no es este mundo» del movimiento religioso que no dejan de ser. La Jerusalén terrenal es sucia, execrable, todo está mal, hasta lo que está bien está mal, inter faeces et urinam nascimur; lo suyo es retirarse a los monasterios a cultivar enclaustrados, leyendo y recitando las Sagradas Escrituras, la inmarcesible esperanza de la Jerusalén celeste.
Miércoles, 5/10/2022. Escribía, leo, el fraile lasaliano Nazario González a su llegada a la cuenca minera asturiana, en 1950, que: «Lo primero que se advierte en los rostros de los obreros asturianos es la huella infame del alcohol. De la lujuria apenas queremos decir nada. El adulterio es sobradamente ordinario. Los mineros blasfeman a troche y moche. Su boca mana tan diabólica vena como una fuente en el agua. Los niños aprenden tan impía costumbre en el hogar, en la calle, en el taller, por todas partes». Nos caló bien, el páter. Como dice Iván Álvarez, si el Che Guevara fuera asturiano lo hubieran llamado Cagondiós Guevara.
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Se lo leo comentar a Germán Huici, acompañando a las imágenes del suceso: «Cuando en la Revolución los parisinos tomaron el palacio del rey en París, no lo saquearon, ni lo destruyeron: lo convirtieron en el primer museo público. Ayer, Louis Vuitton alquiló el Louvre para un evento privado, un niño se acercó a curiosear y un guardaespaldas le cruzó la cara». Posiblemente nunca hayamos vivido un tiempo que demandara tanto una revolución. Y posiblemente nunca haya sido tan improbable.
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Se quejan a veces los académicos de que los periodistas simplifican y sensacionalizan sus cosas, y es verdad que pasa, pero yo, periodistilla ocasional, estoy un poco harto a mi vez de los académicos incapaces de simplificar su materia. Saber de algo también es saber resumirlo, divulgarlo. Me ha pasado a veces de que, con cada pregunta que le hacía a un académico consultado, la cosa me quedase menos clara y no más. Y, a veces, con temas no particularmente áridos, ni que me fueran ajenos: nunca me he puesto a escribir un reportaje sobre física cuántica, precisamente.
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Dice Sergio C. Fanjul que «hay gente que daría la vida por España, pero a la que le cuesta dar el IRPF por España». En realidad, tampoco daría, esa gente, la vida por España. Se marcharían en el primer barco, huirían en el primer avión, pagarían sobornos y redenciones en metálico para no ser reclutados… Aman a España porque España da la vida por ellos, no al revés.
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Leo que Valente definía la poesía como «un gran caer en la cuenta».
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Conocemos hoy que España y Portugal incorporan a Ucrania en la candidatura para el Mundial 2030. Ukrainwashing: meter a Ucrania con calzador en tu propuesta para que no puedan rechazártela. No me voten a mí, voten al huerfanito. Cutrísimo, pero muy propio de la RFEF: recordemos aquello de llevar la Supercopa a Arabia Saudí «para ayudar a las mujeres».
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Julián Génisson: «Madrid es como las camas de pinchos de los faquires: hay tantos pinchos que no lo notas. Por separado, cualquiera de los actos de hostilidad que caracterizan la vida en esta ciudad bastaría para hacerme enloquecer. Por suerte, son todos a la vez».
Jueves, 6/10/2022. Si el Eje hubiera ganado, la historia alemana se hubiera parecido a la de España. Una primera fase salvaje seguida de otra más tibia, una vez acometida la Solución Final. Y más tarde, una democratización por cuyo «espíritu de la Transición» clamarían hoy los herederos de Hitler.
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Escribía en 1971 Lewis Powell, en un memorándum para la United States Chamber of Commerce sobre el riesgo del avance de ideas contrarias al «sistema de libre empresa», lo siguiente:
«Pero no deberíamos desdeñar la acción política, mientras aguardamos el cambio gradual en la opinión pública que debe lograrse a través de la educación y la información. El mundo de los negocios debe aprender la lección que hace tiempo aprendieron los sindicatos y otros grupos de intereses. La lección de que el poder político es necesario; que este poder debe ser asiduamente cultivado, y que, cuando sea necesario, debe ser utilizado agresivamente y con determinación».
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Johann Chapoutot sobre el nazismo y sus sistemas de organización de los territorios conquistados y de racionalización de la producción de armas como precedente de la cultura empresarial neoliberal:
«Es a Reinhard Höhn, un joven y brillante abogado y funcionario de las SS, a quien le van a confiar la misión de reflexionar sobre la mejor manera de administrar el vasto territorio del Reich con medios reducidos. La expansión sin precedentes de Alemania durante la segunda guerra mundial exigía cada vez más hombres de uniforme, provocando una carencia de ‘recursos humanos’ en la retaguardia. Por lo tanto, había que pensar en la transformación de la administración, para hacer más con menos. Además, en términos económicos, se trataba de producir cantidades de armas absolutamente inéditas para conquistar Europa, desde el Atlántico hasta los Urales. Es en este contexto que Reinhard Höhn desarrollará su concepción de Menschen-führung, “el liderazgo de los hombres”, una palabra acuñada para hablar de gestión —de management—, porque los nazis se niegan a utilizar el término en inglés. Lo interesante es que después de 1945 esta concepción seguirá transformando el mundo laboral en Alemania. Beneficiándose de las leyes de amnistía de 1949, Reinhard Höhn será contratado por el sindicato de la patronal y, muy rápidamente, recibirá el mandato de crear una escuela para ejecutivos. Así fundó la Academia Bad Harzburg en 1956, donde formó a varios líderes de grandes empresas internacionales.
[…] Los nazis entendieron que, para poder producir de manera tan masiva, era necesario motivar a lo que se llamaba el material humano, que hoy llamamos los ‘recursos humanos’. De ahí surge una nueva concepción del esfuerzo: la Kraft durch Freude o “alegría en el trabajo”. En 1933, se creó un gigantesco comité de empresa a la escala del Reich, el Kraft durch Freude (KdF, “fuerza a través de la alegría”), responsable de organizar el ocio de los trabajadores.
Para los nazis, el objetivo era transformar los recursos humanos para que el individuo fuera más productivo. El término rendimiento es fundamental en el pensamiento nazi; un término polisémico que significa a la vez “productividad”, “desempeño” y “rentabilidad”. Y para los nazis, estaba muy claro que la existencia del individuo estaba subordinada y no existía fuera de su productividad. En otras palabras, si no podías producir para el Reich, no tenías derecho a la vida. El paralelo que veo con la idea contemporánea de “hacer felices a los trabajadores” en nuestras empresas según las doctrinas del new management es que hay un proyecto empresarial detrás que nada tiene que ver con la idea filantrópica que pretenden aparentar».
Viernes, 7/10/2022. Santiago Alba Rico, en un estupendo e inquietante artículo en Público sobre la amenaza nuclear rusa: «No se pueden inventar motores y dejarlos apagados, no se puede inventar el teléfono y dejarlo siempre desconectado, no se puede inventar la bomba atómica y dejarla encerrada en un hangar. Estamos condenados a usar lo que fabricamos». La pistola de Chéjov: las bombas están ahí, encima de la mesa, y algún día se habrán de utilizar.
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La polémica del día son los cánticos machistas de los alumnos del Colegio Mayor Elías Ahúja, de Madrid, a las del Santa Mónica, justo enfrente: «Putas, ninfómanas, os vamos a follar». Repugnante, claro. Pero me desagrada un poco el paternalismo que se dispensa hacia algunas alumnas del Santa Mónica que han salido a defender a los ahújos; que se comente de ellas que les falta educación sexoafectiva, que demuestran lo necesario de la pedagogía de la igualdad, etcétera. Los ahújos no quedan justificados porque ellas los defiendan, desde luego. Pero creo que tampoco deberíamos considerarlas edad mentales, incapaces de tomar decisiones cabales. El enfoque que pienso que hay que dar al asunto es: lo que hacen los alumnos del Ahúja está mal al margen de que sus destinatarias concretas se lo tomen bien (y están en su derecho). Es un asunto social, que atañe a toda la polis, no un contrato privado entre dos partes. Uno puede querer que lo esclavicen o lo torturen y que la ley, a la vez, le reconozca el derecho, la legitimidad, de quererlo, pero no el derecho a conseguirlo. Ese es el punto. Un término medio republicano entre el libertarianismo y el despotismo ilustrado. Tú, alumna del Santa Mónica, estás en tu derecho de ciudadana mayor de edad de aceptar que te griten «puta ninfómana» porque consideres que es un juego inofensivo, una tradición o lo que sea. Pero que a ti te llamen «puta ninfómana» no te afecta solo a ti. Nos afecta a todos, y sobre todo todas, los que, fuera del Ahuja y el Santa Mónica, vamos a sufrir a esos tipos que se han acostumbrado (a los que tú has acostumbrado) a que el machismo violento sea aceptable bajo determinadas circunstancias.
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El franquismo fue el fascismo de un país en el que la limpieza étnica ya estaba hecha y la unificación nacional tenía quinientos años en lugar de cincuenta.
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Tuitea Evo Morales lo siguiente: «Muchas felicidades al hermano presidente de Rusia, Vladimir Putin en el día de sus cumpleaños. Los pueblos dignos, libres y antiimperialistas acompañan su lucha contra el intervensionismo armado de EEUU y la OTAN. El mundo encontrará paz cuando EEUU deje de atentar contra la vida». Uno puede disculpar hasta cierto punto que, en el lugar del mundo en el que más motivos legítimos hay para odiar a Estados Unidos, a la gente se le vaya un poco la perola con lo de ser amigo del enemigo de tu enemigo, pero esto bordea lo repugnante por el borde de dentro.
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«Es una tradición»: el «obediencia debida» de los paletos.
Sábado, 8/10/2022. Hibai Arbide: «Con gritar en grupo pasa como con beber de día, usar drogas duras, evadir impuestos o que tus padres te eduquen en un idioma no oficial: si lo hacen los ricos se considera una extravagancia simpática, si lo hacen los pobres es un acto de marginalidad que debe ser censurado».
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La solidaridad neoliberal existe, pero nunca da más de lo que recibe; y lo que recibe (márketing, prestigio…), lo recibe con inmediatez, en el mismo acto de la donación. Es una inversión a corto plazo. Hay un buen ejemplo de ello en un reto viral de estos días: celebridades femeninas, actrices fundamentalmente, que se graban cortándose un mechón de pelo en apoyo a las revueltas de las mujeres en Irán. Una inane frivolidad, muy propia de este gremio capaz de trivializarlo todo. Con los grandes actores sucede lo que con los grandes futbolistas: no son unos papanatas uno de cada diez. Y creo que por el mismo motivo. En ambos casos se trata de profesiones que implican un talento meritorio y vistoso, pero exageradamente sobrestimado por la sociedad del espectáculo. Cuando vives siendo el centro de atención, recibiéndola desmesuradamente cada vez que abres la boca o haces cualquier cosa y recibiendo aplausos, es muy difícil no volverte imbécil, salvo que tengas una chapeta a prueba de bomba, véase Ricardo Darín y algún otro.
Domingo, 9/10/2022. Juan Álvarez: «La paradoja de ERC es que es un partido independentista que es pragmático y eficaz para mejorar la vida de los ciudadanos de la nación de la que quiere independizarse y completamente inútil para gobernar la nación que quiere hacer independiente».
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Tuitea Daniel Gil que «una de las claves para que Europa aguante el invierno serán las temperaturas y parece que la UE tendrá suerte. De momento las previsiones meteorológicas muestran un invierno templado». Cuando una mala noticia (la crisis del gas), sumada a otra mala noticia (el cambio climático), se convierte en algo así como una buena noticia. En los próximos años, vamos a familiarizarnos mucho con la palabra policrisis, que incluye estas paradojas.
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Un aspecto curioso de Miguel Primo de Rivera, al que Alejandro Quiroga se refiere en una biografía del dictador que acaba de publicar Crítica, es que era partidario declarado de abandonar las colonias africanas, e incluso de intercambiar Ceuta por Gibraltar, lo que le costó algún despido. «No puedo tener la idea de la grandeza de la Patria y de la conveniencia de su esfuerzo en manifestaciones de imperialismo», decía. Cortés, Pizarro, etcétera, eran «puntales de las glorias patrias», pero estaban «en el siglo XX» y él no era «imperialista». También consideraba que el esfuerzo colonial debilitaba al país y le impedía abordar con vigor la tarea regeneracionista de reconstrucción y nacionalización interior que necesitaba. Una figura curiosa, interesante, la de Primo. Eso sí, inmediatamente después de Annual también escribía en Abc que había que ir a Marruecos a castigar a «una raza salvaje […] porque somos hombres, y porque si no lo hacemos nos despreciarían las mujeres, nuestras madres, nuestras hermanas y nuestras amantes». La masculinidad frágil, y eso.
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Tía C. nos pasa un folleto, que ha encontrado por ahí, con la lista electoral y el programa del PCE para las primeras elecciones democráticas en Villaviciosa, nuestro pueblo. Precioso documento de época. Las profesiones: labrador, transportista, carpintero, obrero, albañil, pintor, estudiante, ama de casa… Las demandas: alcantarillado, asfaltado, electrificación, teléfonos públicos… Otros tiempos.

Lunes, 10/10/2022. Publicamos hoy en El Cuaderno un poema precioso de Alejandro Fernández-Osorio, evocación de cuando, siendo niño, su padre picador encontró en la mina un fósil que extrajo con cuidado y fijó a un trozo de madera para dárselo, pensando con orgullo: «Van pone-y un notable en bioloxía». La poesía de la clase.
Cuando la profesora de bioloxía y xeoloxía me vio l.legar col fósil de felechu
de veinte centímetros atornilláu a un cachu maera, rióse. Díxi-y que lu sacara mio padre de la mina.
Yeran de risa fácil dalgunos profesores.
Yo imaxinábame al paisanu posando la ferramienta, quitando los guantes y garrando la pieza de millones d’años pa envolvela na chaqueta azul como una reliquia santa. Véolo soplando la piedra pa llimpiala del mesmu polvu
al que vamos tornar toos dalgún día. Los compañeros diciéndo-y:
¿Ónde vas con eso, roxu?
Afuracándolu depués con curiáu pa nun partilu, amestándolu a la meyor pieza de maera
que topa na pomarada.
Millones d‘años protexíu pola nuesa tierra y pol tientu de mio padre
pa que nun-y ficiera casu la de bioloxía. La mesma que dicía en castellán
que la mio nota siempre diba ser un 6,9. Que nun diba pasar d’eso.
La mesma que tornaba de vacaciones de Marrakech con fake-ammonites y dispidíase diciendo au revoir hasta el día próximu.
Igual nun sabía que’l francés nun ye la llingüa marroquina; que les pieces que presume son falses
y se tallen nun sótano escuru d’Ouarzazate.
¿Qué será d’aquel fósil nuestru de felechu?
El mio pá tovía s’alcuerda de cómo paecíen oru
les vetes xurásiques recién moyaes pol martillu baxo la lluz mariella del focu.
El silenciu amoriáu al parar la ferramienta.
Lo claro que pensó:
Van pone-y un notable en bioloxía.
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«Goteo incesante de amigos, familiares y conocidos, más o menos de mi edad, aparentemente sanos, que mueren de forma repentina e inexplicable. ¿Qué coño está pasando aquí?», tuitea el inefable José Manuel Soto, rostro insigne de la regresía. Verse envejecer es durísimo, y, para soslayar el dolor, el cerebro, a veces, pergeña trampas; busca maneras de autoconvencerse, contra toda lógica, de que el proceso no es natural ni inexorable, y por lo tanto puede ser detenido. Una es el reaccionarismo. Otra, la conspiranoia. El reaccionarismo: extrañar con rabia el mundo de 1980, sintiéndolo robado por gentes taimadas; odiar a los jóvenes de 2022 y su mundo; no asumir que lo que se echa de menos no es aquel mundo, sino tener veinte años y que no te duelan las articulaciones cuando va a llover. La conspiranoia: no nos morimos, no es que 61 años ya no sean pocos años y la enfermedad y la muerte de amigos y seres queridos se vayan volviendo una terrorífica cotidianidad, eso no puede ser, tiene que ser que nos matan; que alguna conjura sórdida nos está asesinando. En el fondo, Soto es un personaje digno de lástima; de alguna lástima al menos. Un ser humano que se enfrenta al horror de su propia decrepitud siempre la merece; tanto más quien, para más inri, no ha sido nunca el lápiz más afilado de la caja.
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Publica Telemadrid que «un estudio revela que Madrid Central aumentó el tráfico en las zonas limítrofes al centro: Aumentó la congestión, los tiempos de viaje y los tiempos de búsqueda de aparcamiento, con mayores emisiones de contaminantes». Es Telemadrid, así que hay que cogerlo con pinzas, pero parece verosímil y es aleccionador. Peatonalizar y enguapecer los centros urbanos significa encarecimiento, gentrificación y, en suma, perjuicio a la clase trabajadora si no va acompañado de medidas correctoras: topes al precio de la propiedad y el alquiler, fomento vigoroso del transporte público e incluso su gratuidad…
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Parodio a veces la búsqueda incansable de La Nueva España de la conexión asturiana de cada acontecimiento internacional, y a veces pienso que exagero. Hoy publica el diario regional la siguiente información: «COMPANGO ASTURIANO PARA ALIMENTAR AL EJÉRCITO UCRANIANO EN EL CAMPO DE BATALLA. Las tropas de Volodímir Zelenski que luchan para frenar al invasor ruso llevan en sus cajas de comida botes de lenteja hechas en Toledo que incluyen chorizo y tocino del Principado».

Pablo Batalla Cueto (Gijón, 1987) es licenciado en historia y máster en gestión del patrimonio histórico-artístico por la Universidad de Salamanca, pero ha venido desempeñándose como periodista y corrector de estilo. Ha sido o es colaborador de los periódicos y revistas Asturias24, La Voz de Asturias, Atlántica XXII, Neville, Crítica.cl, La Soga, Nortes, LaU, La Marea, CTXT y Público; dirige desde 2013 A Quemarropa, periódico oficial de la Semana Negra de Gijón, y desde 2018 es coordinador de EL CUADERNO. Ha publicado los libros Si cantara el gallo rojo: biografía social de Jesús Montes Estrada, ‘Churruca’ (2017), La virtud en la montaña: vindicación de un alpinismo lento, ilustrado y anticapitalista (2019) y Los nuevos odres del nacionalismo español (2021).
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“Santiago Alba Rico, en un estupendo e inquietante artículo en Público sobre la amenaza nuclear rusa: «No se pueden inventar motores y dejarlos apagados, no se puede inventar el teléfono y dejarlo siempre desconectado, no se puede inventar la bomba atómica y dejarla encerrada en un hangar. Estamos condenados a usar lo que fabricamos». ”
Razonamiento estúpido. Su autor confunde inventos útiles, de uso masivo, que producen dinero y son por ello fabricados a millones de ejemplares (motores, teléfonos) con inventos que sólo sirven para disuadir, que sólo algunas docenas de personas en el mundo pueden utilizar y que han sido fabricados a menos de 10.000 ejemplares desde hace 70-75 años.
Y por otra parte recordemos que el 90 % por lo menos de los inventos que llegan a la etapa de la fabricación caen en el olvido rápidamente porque no se venden. No estamos, pues, condenados a usar lo que fabricamos. Lo que se fabrica y no interesa a nadie se deja sencillamente de fabricar.
El argumento es tan macarrónico como el de decir que si un libro se “fabrica” el público lector está condenado a leerlo. “No se pueden inventar libros y dejarlos cerrados, no se puede inventar una novela y que no la lea nadie… Estamos condenados a leer lo que se publica.”
O el de decir que porque el matrimonio se ha inventado no existen solteros. O porque las religiones se han fabricado no existen ateos.
Lo que hay detrás de esa idea filosóficamente falsa es la idea política de que hay que ceder a Rusia porque nos amenaza con utilizar el arma nuclear. Pero eso no sucederá nunca por muy diversas razones y entre ellas la de que en los minutos que seguirían la toma de decisión de Putin de utilizar una bomba atómica y diera órdenes para prepararla sería liquidado (por la gente que le rodea, para salvar su propia vida o por un misil de la OTAN). Recordemos que hace ya más de 50 años que la NSA americana escucha todas las conversaciones que le interesan en el mundo y lo sabe todo sobre la gente que amenaza realmente el poder yanqui. De ahí que los servicios secretos americanos fueran los únicos que predijeron la invasión rusa de Ukrania, a pesar de la total irracionalidad de la decisión.
Si Putin está vivo aún es porque a los americanos les conviene. Mientras siga destruyendo el ejército ruso, la economía rusa, la diplomacia rusa, las finanzas rusas, las alianzas rusas con sus vecinos y su imagen en el mundo, y cayendo en todas las trampas que los americanos le tienden (como cayó en la de la invasión de Ukrania), Putin seguirá vivo. El día que amenazará lo más mínimo el plan que tienen los americanos para seguir dominando el mundo (y cuya segunda etapa es China y Taiwan), desaparecerá del mapa y se acabará la guerra.
En Europa hay actualmente 320 ciudades que tienen Zonas de Bajas Emisiones en el centro de sus urbes. Entre 2019 y 2022 pasaron de 228 a 320 ciudades, un 40%. La Unión Europea tiene previsto que en 2025 haya 507 ciudades, de todos los tamaños, con Zonas de Bajas Emisiones. Es una tendencia europea y mundial, basada en datos científicos sobre mala calidad del aire. El bulo de que el tráfico se desplaza a la periferia, la mala calidad del aire es general y abarca cientos de kilómetros, es parecido al bulo (para consumo interno) de que contaminan las calefacciones y no los coches, ya parece ser superado. Madrid tiene una ZBE emisiones de 5 km2; el muy timorato proyecto conocido como Madrid Central en la fase final (cinco meses antes de las elecciones de mayo) del mandato de Manuela Carmena. Barcelona tiene una ZBE de 95 kilómetros cuadrados. Londres tiene una ZBE de 360 km2; París de 490 km2. Fenómenos como la gentrificación, los problemas de acceso a la vivienda o la centro tematización de los centros urbanos tienes otras causas más profundas como la metamorfosis de las ciudades, y no tanto tienen que ver con un problema de movilidad y mala calidad del aire. Por redes sociales circula una frase atribuida a Isaac Asimov, no sé si apócrifa, que dice: “Si una civilización extraterrestre hubiera decidido destruir el planeta Tierra sólo tendría que haber inventado el automóvil”.
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Todo el plato está muy bien hecho… pero el postre del Valente está que se sale…