Thomas Mann, un wagneriano en Hollywood
Un defensor inflexible del clasicismo como Mann sintió devoción por la música modernista del nuevo cine sonoro.
cuaderno digital de cultura
Un defensor inflexible del clasicismo como Mann sintió devoción por la música modernista del nuevo cine sonoro.
Los paraguas de Chebourg, 1964, Jacques Demy / por Michel Suárez / De de la zafra de realizadores franceses aSeguir leyendo
El debatido ecosistema de Silicon Valley, gran hermano digital.
¿Es la corrupción simplemente un «descuido generalizado»?
Pero lo verdaderamente lamentable es que la decadencia de los Cafés ha supuesto la desaparición de los hombres y mujeres que los poblaban, individuos ajenos a los zigzags nerviosos de la era digital y la vida online, capaces de ser dueños de sí mismos y dirigir su atención sobre una actividad concreta durante más de cinco segundos sin ser interrumpidos.
Artículo de Michel Suárez en torno al reciente endurecimiento de los requisitos académicos para acceder a la cátedra universitaria.
Michel Suárez analiza en este ensayo el arte de la presenteción pública sin la demagogia de las apariencias, principio que encaja como un guante en el perfil público de Gay Talese.
En vista de esta ósmosis tecnológica y financiera, varias preguntas se agolpan inmediatamente: ¿cómo entender esta identificación de sistemas aparentemente enfrentados?; ¿cómo explicar el hecho de que un Secretario del Tesoro americano usase su fortuna personal para financiar el socialismo en la Rusia de Stalin, en un periodo en el que la producción de acero en los Estados Unidos había descendido bruscamente, generando índices de paro estratosféricos?
Elijan ustedes su propia patria, hay todo un catálogo disponible: la infancia, un lugar del corazón, los libros, los amigos o el mundo entero; pero no se dejen engatusar con los cantos de sirena del patriotismo del Estado. Mientras no retiremos las banderas de nuestras balcones y de nuestros corazones seguiremos paseándonos al borde del precipicio.
«Sin duda, y a juzgar por un repertorio que oscila entre la insipidez, la desatención y la insensibilidad, se arriesga poco al afirmar que la indumentaria ha sido una de las principales víctimas del deterioro industrialmente inducido».