El norte

Esto no es una lista: es un joyero

Cinco gemas con brillo propio para orientarse en este inicio de invierno tras el apagado de los focos promocionales de la Navidad. En «El Norte», la selección de lecturas de Eugenio Fuentes.

/ El norte / Eugenio Fuentes /

En la ciudad, el apagado de la iluminación navideña marca más la llegada del invierno que el anuncio del solsticio. Los días se alargan un poquito pero todavía son muy cortos, y en los climas atlánticos la luminosidad no siempre está garantizada. Con las luces de Navidad se han ido también los focos promocionales, esas listas que incluyen los 30, 50 o incluso cien mejores libros del año. Su función ya está cumplida. A la espera, pues, de que los escaparates se pueblen con las luminarias del nuevo trimestre, ha llegado el momento de localizar joyas que puedan haber quedado sepultadas entre el estruendo de los villancicos callejeros. Aquí van cinco piedras preciosas. Porque esto no es una lista que haya nacido corta y llegue tarde. Es un pequeño joyero con cinco gemas: un jaspe, un rubí, un diamante, una esmeralda y un ónice. Estimulantes destellos para atravesar el antiestío.


Un jaspe: doce relatos perdidos para encender un sueño


La enorme cantidad de elementos que amalgama el jaspe, o «piedra manchada», dota a esta gema de una extraordinaria variedad de colores y vetas. De modo que cada ejemplar aparece como un microcosmos constituido por infinidad de dibujos y cromatismos que, al cabo, componen un mundo dotado de íntima coherencia. Un jaspe, probablemente azul, es lo que se encontrará el lector que recorra los relatos de Las listas del pasado (1976), el único libro publicado por la estadounidense Julie Hayden (1939-1981). Una autora que durante 16 años integró la redacción de The New Yorker y que combinaba su extraordinaria valía literaria con una extrema fragilidad psíquica. El alcoholismo y un cáncer acabaron con su vida a los 42 años.

Las listas del pasado, hasta ahora inédito en castellano, llega a las manos del lector tras un doble rescate. Por un lado, es el título con el que la editorial Muñeca Infinita inicia una prometedora andadura que enseguida se continuará con Vestido negro y collar de perlas, de la canadiense Helen Weinzweig. Por otra parte, no fue hasta 2010 cuando el volumen, sumido en el olvido, volvió a la superficie gracias a que Lorrie Moore escogió uno de sus relatos más impresionante —«Ratas bebé de un día de vida»— para leerlo en un podcast del New Yorker. A raíz de ese impacto, el libro fue reeditado en Estados Unidos en 2014.

Los cuentos de Las listas del pasado se estructuran en dos actos. En el primero, «Vidas breves», Hayden deja ya claras sus bazas: extrema atención a detalles y situaciones, capacidad para seleccionar lo relevante y huir de lo estridente, flujos de conciencia, pasión por la naturaleza. Así armada, la autora disecciona con veloz precisión tanto la Nueva York de principios de los setenta como las dos generaciones que mejor conoce: la suya propia y la de sus padres. Moore tenía razón: la cima del primer acto es «Ratas bebé de un día de vida», recuento del deambular alcohólico de una mujer al borde de la mediana edad por un Nueva York caótico y brutal a lo largo de una jornada. Pero a su lado, resultan fascinantes en sus polifonías tanto el retrato generacional «Leña» como los recuerdos infantiles de «Una pizca de naturaleza». Hayden es capaz de entremezclar los focos de una escena coral mediante arriesgadas yuxtaposiciones que, aunque parecen condenadas a romper la consistencia del párrafo, consiguen vertebrarlo en una sólida entidad que transmite el vértigo de la algarabía grupal.

Ahora bien, la cumbre del volumen está en el centenar de páginas de su segundo acto, titulado como el libro y concebido como una suite de seis relatos que narran el otoño vital de Ben Holcomb, un jubilado de clase media. Holcomb vive para el cuidado de su jardín y está obsesionado por las listas de tareas pendientes, auténtico eje de la narración y fiel exponente de un tiempo de orden que se desvanece. La suite construye, a la postre, una novela corta en seis capítulos gobernada por una fecunda multiplicidad de puntos de vista. En todo caso, Ben Holcomb, que fue niño en la Gran Depresión, es, sin la menor duda, un personaje mayor de la literatura estadounidense. Lo mejor es que Hayden lo construye a través de su entorno, más que por abordajes directos. Porque el jubilado, que sueña con instalarse en Florida, es esa pieza que, como centro de todo un rompecabezas, está llamada a cubrir el vacío que va generando la actividad periférica de las demás piezas. Y lo hace lentamente, página a página, con la misma morosidad que atribuyen al jaspe quienes creen en su capacidad para conferir fuerza y equilibrio. O para sacar a la luz los problemas antes de que se vuelvan demasiado grandes. Precisamente cuando aun pueden ser resumidos en listas.


Las listas del pasado
Julie Hayden
Muñeca Infinita, 2021
224 páginas
19,50 €

Un rubí: el porqué de llamarse poetisa

«No hablo de la soledad del alma/ esas son cosas de poeta/ llamo soledad a cenar sola en mi ciudad». Hace poco más de un año, la argentina Tamara Kamenszain incluía estos versos de su coterránea Juana Bignozzi en el nutrido arsenal propio y ajeno que arma lo que, a la postre,  acabaría siendo el último de sus poemarios, Chicas en tiempos suspendidos. Kamenszain, fallecida en Buenos Aires a los 74 años el pasado 28 de julio, dedicó los días sin fecha del confinamiento a la composición de este poema ensayístico en el que, sobre un fondo impresionista de pandemia y de batalla política en torno al aborto, se yergue una palpitante reflexión sobre el modo femenino de estar en el mundo y de consumar la poesía, sobre el decurso fatal que vuelve materia de novela un impulso poético y, en una enumeración nada exhaustiva, sobre la siempre conflictiva y a veces letal relación con los varones.

Emparentado con su ensayo Las nuevas poetisas del siglo XXI, el poema, de verso libre y dicción cristalina, se estructura en cinco partes («Poetisas», «Abuelas», «Chicas», «Antivates» y «Fin de la historia»). A su sustento contribuyen, con su nombre y sus palabras, mujeres como Anne Carson, Alfonsina Storni, Blanca Varela, Idea Vilariño, Emily Dickinson, Amelia Biagioni, Delmira Agustini, Cecilia Pavón, Celeste Diéguez, las Abuelas de Mayo y también varones como Nicanor Parra, Jacques Rancière, Joseph Jacotot, Enrique Lihn o los rockeros Abuelos de la Nada. El lector que siga los versos en los que se reivindica el sustantivo poetisa —«[…] una palabra dulce/ que dejamos de lado porque nos avergonzaba»— tendrá el camino abierto para entender por qué la autora se enorgullece de ser llamada abuela y defiende que las mujeres son chicas a cualquier edad. Pero no nenas. Lo mejor de todo será que a estas alturas, si no conocía ya a Kamenszain, se estará preguntando qué otros títulos de esta sutil poetisa y ensayista puede llevarse al encéfalo. Y hará bien. Porque el rubí, en sánscrito reina de las piedras preciosas, simboliza una llama de amor y coraje inextinguibles que, según dicen, rinde además el profético servicio de oscurecerse para advertir de los peligros.

Chicas en tiempos suspendidos
Tamara Kamenszain
Eterna Cadencia, 2021
88 páginas
12,90 €

Un diamante: instrucciones para fabricar universos

Si la información almacenada en un ordenador tuviese masa, llegaría un momento en el que, traspasado el umbral crítico de un protón, los datos se convertirían en materia y… desaparecerían. Las consecuencias para un mundo digitalizado son fáciles de prever: un apocalipsis. Esta humorada, tal vez una metáfora tan ácida como jocosa, constituye el nudo central de El profesor A. Donda, relato escrito por Stanisław Lem en 1973 y editado por primera vez en castellano el pasado noviembre, coincidiendo con el centenario del genial narrador polaco. La editorial Impedimenta pone así una guinda de diamante a su paciente empeño de hacer accesible al lector en castellano toda la obra del hombre que despreciaba la ciencia-ficción, pero se refugió en ella para protegerse de la censura comunista de Varsovia. «La computarización le retorcerá el cuello a la civilización, pero eso sí, con suavidad…», augura Donda cuando el relato ha adquirido ya su velocidad de crucero.

Lem, de cuya espléndida biografía Una vida que no es de este mundo dio buena cuenta El Cuaderno hace unas semanas, era un maestro en el arte de forjar símbolos capaces de soportar múltiples máscaras. La historia de Donda es un magnífico ejemplo. Su apariencia es la de un disparate clásico, ambientado en imaginarios países africanos, donde se suceden las peripecias que ridiculizan la corrupción y desnudan prácticas, intereses y miopías que condenan a la ciencia a la esterilidad. Lo más curioso es que cuando el lector se está ya preguntando por la estación de destino del atroz encadenamiento de errores al que está asistiendo, las piezas comienzan a encajar. Los aparentes dislates formulados por Donda no solo desembocan en la caída de la civilización sino que le permiten explicar la génesis del Big Bang, anunciar la creación de nuevos universos y hasta justificar el esbozo de una ontología en la que el Ser aparece como mero producto aleatorio de una eterna cadena de equivocaciones. El error queda así entronizado como padre de un Ser sometido a mutación perpetua y, por tanto, imposible. En fin, Lem en corto, como en largo, es un diamante. Y, como tal, eleva el espíritu a planos superiores y refuerza el poder de cualquier otra gema.

El profesor A. Donda
Stanisław Lem
Impedimenta, 2021
96 páginas
14,25 €

Una esmeralda: el Arca de Noé de todos los animales literarios

Con buena parte de los animales no humanos convertidos en mascotas, torturados en explotaciones intensivas o afilados como lanza alternativa en combates políticos, encontrarse un libro como Zoografías es el mejor regalo para un lector. Mariano García ha compuesto una cuidada pieza de seiscientas páginas en la que, de Homero a la argentina Hebe Uhart, se suceden casi ciento cincuenta textos que reflejan de modo cegador la mirada que los occidentales han proyectado sobre el resto de la fauna terrestre desde hace tres mil años. Estamos, claro, ante la esmeralda de este joyero, una gema a la que se ha atribuido la capacidad de restaurar la visión perdida.

Zambullirse en esta deslumbrante antología permite comprobar cómo el cristianismo, en este como en tantos otros ámbitos, marca una línea divisoria caracterizada por la exclusión. Los textos de la Antigüedad llevan aún la marca totémica de los tiempos en los que pervivían entre los humanos y sus entornos lazos de unión que permitían concebir metamorfosis sin adjudicarles el marbete de fantasías. Sin embargo, estos vínculos saltarán por los aires cuando lo animal comience a convertirse en símbolo moral, aunque esta deriva ya contaba con el antecedente griego de las fábulas de Esopo.

García arranca su selección con sendos textos de Platón y Aristóteles en los que, cuajada la ruptura, se proyecta una luz más o menos analítica sobre los animales. Un tercer fragmento, que glosa la clasificación en reinos de Linneo, sirve de puerta de entrada a la antología, articulada a partir de las clases establecidas por el ilustrado sueco: mamíferos, aves, anfibios, peces, insectos y moluscos. Desfilan por aquí casi 75 autores. No pregunten quiénes están, sino más bien quiénes se han ausentado de un desfile en el que Thomas Hardy recrea la matanza del cerdo, Raymond Roussel enseña a un gallo a escribir en versos alejandrinos y Lautréamont celebra la belleza del pulpo, años después animal lovecraftiano.

Mediado el volumen, los textos pasan a agruparse sobre dos ejes: el de los usos y el de las formas. Los animales han servido para adivinar, conjurar, guerrear, alegorizar y hasta erotizar, como bien expone Yeats en su «Leda y el cisne». Y también se han presentado con ropajes mágicos, actitudes caníbales, modos híbridos, dimensiones gigantescas o, por solo citar algunos de los 35 ejemplos aportados, se han transformado en espectros, como el mono enloquecedor de «Té verde», el terrorífico cuento de Sheridan Le Fanu. Y no hemos hablado de las serpientes del infierno dantesco, la nutria reencarnada de Saki, las metamorfosis imaginadas por Rimbaud… Una advertencia: a veces un libro como este se agota y, pese a la creencia en que las esmeraldas favorecen los renacimientos, tarda mucho en ser reeditado.


Zoografías: literatura animal
Mariano García (ed.)
Adriana Hidalgo, 2021
590 páginas
14,25 €

Un ónice: los sueños de gente corriente durante el nazismo

Entre 1933 y 1939, fecha de su huida a EE UU, la periodista alemana Charlotte Beradt se dedicó a registrar de modo clandestino, con la colaboración de un amigo médico, unos trescientos relatos de sueños, pesadillas más bien, desatados por el régimen de terror nazi en el subconsciente de otros tantos ciudadanos de toda condición. Beradt (1907-1986), quien excluyó de su estudio tanto a militantes nazis como a resistentes, y limitó en buena medida los testimonios de judíos, pudo comprobar los llamativos puntos de contacto que enlazaban los sueños de muchas de esas personas. La impresionante suma de evocaciones hubo de esperar hasta 1966 para, impulsada por Hannah Arendt, verse convertida en un libro. Un volumen polémico que, frente a la oleada de amnesia colectiva que siguió a la derrota de 1945, revelaba cómo parte de la población alemana intuía, en mayor o menor grado, el carácter de enloquecida máquina de aniquilar de la dictadura de Hitler.

Por las páginas de El Tercer Reich de los sueños, que ahora se traduce por primera vez al castellano, desfila una cascada de escenas oníricas. Agrupadas en temas, las pesadillas suplen con la mayor elocuencia los silencios vigiles impuestos por el miedo. Anuncian intuiciones sobre el alcance de horrores venideros (los campos, por ejemplo) y alumbran los resortes mediante los que el terror totalitario anula las conciencias. Incluida la imposibilidad de incrustar en los sueños elementos de resistencia o rendijas de libertad. Así, a los tres días del ascenso de Hitler al poder, un mediano empresario socialdemócrata ve en sueños cómo, delante de todos sus trabajadores, va alzando milímetro a milímetro el brazo ante Goebbels, operación en la que consume media hora. Lo peor es que  tras la humillación, Goebbels le muestra la inútil pequeñez de su gesto: «Yo no quiero su saludo», espeta. Algunas tradiciones adjudican al negro ónice una profunda vinculación con los sueños, pero también la capacidad de volver transparentes los espíritus.

El Tercer Reich de los sueños
Charlotte Beradt
Pepitas de Calabaza, 2021
146 páginas
17,50 €

Eugenio Fuentes nació en Londres, en el hospital de St. Mary Abbot’s, donde doce años después fallecería  el legendario guitarrista Jimi Hendrix. Licenciado en historia y especializado en relaciones internacionales contemporáneas, ejerció la docencia y la investigación en la Universidad de Rennes 2 Alta Bretaña durante cuatro años. En 1988 se integró en la redacción del diario La Nueva España, del que durante casi tres décadas fue responsable de información internacional, analista político, columnista y crítico literario. Fruto de una insana pasión por los libros mantuvo durante 31 años en el suplemento Cultura la sección de novedades «La brújula», alimentada sobre todo por volúmenes huidizos publicados por pequeñas editoriales. Entre 2000 y 2004 quedó embrujado por el pintor Luis Fernández, a quien dedicó numerosos artículos y el documental Los mundos de Luis Fernández.

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